El barrio de La Calva, en Arucas, se transforma bajo la luz del arcoíris y despierta el interés de fotógrafos y vecinos pese a sus desafíos cotidianos.
Los escaparates laguneros se convierten en escenarios literarios, donde las palabras de autores locales invitan a descubrir nuevas perspectivas sobre la ciudad y su patrimonio.
Y esa manera de ser y estar no solo entronca con tradiciones lejanas, sino que, además, muestran que los nuevos términos han venido para quedarse: en cualquier pared, muro o lo que se tercie.