La batata, traída de América y adaptada en la península ibérica y Canarias, se integró en la repostería festiva desde el siglo XVI, dando origen a dulces típicos navideños como las truchas y los borrachuelos.
Durante siglos, los habitantes de Teror enterraron a sus difuntos en el interior y los atrios de las iglesias, una práctica común en toda España que respondía tanto a creencias religiosas como a la jerarquía social.
La visita de Manuel Fraga en 1964 impulsó el reconocimiento oficial de las fiestas del Pino, marcando un hito en la promoción turística y cultural de Teror y el archipiélago canario.
La reconstrucción y mejora de la ermita fue posible gracias al esfuerzo colectivo y las aportaciones económicas de los vecinos, quienes asumieron los principales gastos y participaron activamente en la edificación y embellecimiento del templo a lo largo del siglo XVIII.
Un lugar que nació antes incluso de tener iglesia, cuando las casas cueva eran refugio y los sueños tenían que ser grandes para sobrevivir a tiempos difíciles.
"...se quiso significar la alegría por la finalización del nefasto siglo XIX que, con guerras por doquier, ataques contra la iglesia, desamortizaciones, pérdida de los Estados Pontificios y, en suma..."
Las publicaciones y libros recientes profundizan en la historia, el valor cultural y los desafíos de seguridad de las obras hidráulicas en Gran Canaria, con especial atención a la Presa de Chira y su impacto en la gestión del agua.
La historia y el valor patrimonial del pozo más profundo de Agaete, marcado por la promesa de Bartolo Sosa Falcón y la escasa documentación oficial sobre su relevancia industrial e hidráulica.
"...existen trajes de diario para vestirla tal como va a estar durante el año en el camarín y los que se destacan para fiestas y otros eventos, como bajadas y procesiones concretas...."