Su carisma y su buen hacer han trascendido más allá del micrófono y de las ondas radiofónicas logrando una perfecta simbiosis entre dos de sus pasiones; su profesión, la radio, y el amor por nuestras tradiciones y folclore.
En el Antiguo Régimen no eran de extrañar las epidemias de viruela, enfermedad constatada en el Antiguo Egipto y en la India, desde antes de la Era Cristiana
Ya acomodada en la mesita y con unas vistas inmejorables del paseo, se dispuso a disfrutar de su gin tonic mientras observaba el deambular de las transeúntes.
«Y ahora el silencio es más intenso; y habla una tranquila voz en lejanía: “Aleja de tu espíritu ese albergue que será para todos algún día… Y evádete, en la noche, entre las sombras, y sé una parte de la noche misma”» (Alonso Quesada).