Se irá desde la villa Abajo, solo con las manos alzadas al cielo, bailando al son de las bandas de Agaete y Guayedra, hasta llegar a la villa arriba donde se recogerán las verdes ramas
Se amanece este tres de agosto con la barriga esconchabada, con la jiribilla apoderándose del cuerpo, y con el corazón anhelando que llegue la hora mágica en la madrugada