Caravanas hacía Moncloa entre obstáculos y zancadillas
No sabemos si realmente el objetivo de C´s y Podemos es desbancar al PSOE por serle inverosímil acabar con el PP o si, por el contrario, tan solo atienden disposiciones sin tregua para confirmarse como los presuntos aliados de estos últimos al acabar la campaña y sumar votos. No se entiende sino la fuerza con la cual atacan cualquier disposición de lossocialistasa la hora de presumir alianzas con estas formaciones emergentes, dejándole en entredicho a la más mínima oportunidad que se les presente.
Lo destacado es sin embargo la fuerza con la cual el Presidente del Gobierno aparece ante sus simpatizantes, dando por pasado el debate televisivo al que no dudo en mandar una avanzadilla con la intención de reconocer el terreno; por el contrario, el líder popular exalta a su vicepresidenta y difunde una imaginación de ganador exultante permitiéndose ocurrencias frívolas sobre los participantes en la escena. Y es que no se puede ser menos honesto políticamente hablando, ni utilizar la humildad precisa para difundir programas verídicos y proyectos sostenibles a la ciudadanía, soltando esperanzas al aire de unos micrófonos cansados de oír lo increíble como propaganda electoral sin fundamento.
Cabalgando a lomos de su ego y escoltado por un séquito de aduladores, el Presidente va disponiendo sus artimañas por esos lugares de nuestra geografía vaticinando un futuro prometedor de ser elegido y lanzando loas de caravana electoral diseñadas con el único afán de rellenar horas de trayecto entre localidad, municipio, aldea o capital que resulte atractiva. Una curiosa manera de frivolizar la del Presidente actual cuando ataca a sus contrincantes afirmando la nula validez de sus programas pues ellos solos tienen la solución a los problemas de la ciudadanía; en conclusión, allá por 2011 dejo caer al Gobierno socialista con la única y malsana intención de llegar al poder teniendo esa solución de la que siempre habla y luego convierte en recortes y acuerdos con sus socios europeos a cambio de liderazgo. Sin duda una ruin manera de dejar sufrir a los ciudadanos y ciudadanas la vorágine de recortes y austeridad cuando podrían haber pactado alguna forma convenida cuando eran oposición y sin embargo eligieron esconder la mano para lanzar la piedra del caos, al objeto de después tratar de auxiliar con flotadores desinflados de un proyecto asfixiante.
Nadie parece estar dispuesto a pactar llegado el momento de tener que tomar iniciativas concluyentes con objeto de liderar un Gobierno con bases suficientes de una fortaleza aceptable destinada a traducir en programas recurrentes que afronten problemas de evidente urgencia. Es decir, que ninguna de las formaciones con posibilidades palpables entiende favorable sacar a la luz opciones que sin ninguna duda, saldrán del ostracismo llegado el momento de pactar para obtener poder.
Toda esta situación se antoja predecible, casi se podría decir que hasta programada de antemano; dos partidos dados a la confluencia de sus proyectos entienden mejor guardar bajo la manga el as de una unión asequible de llegar a hacerla visible cuando la necesidad precise. Por otro lado, el partido que resulto ser la gran primicia de la izquierda salido de la calle tras las manifestaciones que pedían igualdad de derechos a los representantes políticos, entienden que si destruyen al partido de izquierdas que se decía moderado, conseguirán satisfacer la demanda de votos capaces de resolver sus expectativas.
Una situación impredecible para un final insólito parece ser lo que estamos viendo con motivo de la campaña electoral más problemática y difícil de cuantas hemos vivido en democracia. Mientras los problemas están en la calle, en los hogares, en la nula responsabilidad de sus mandatarios, en la herida infectada causada por la austeridad y los recortes, en la pobreza infantil padecida en nuestro país y que en estas fechas sacude nuestras vergüenzas, los argumentos de los candidatos se confunden entre dimes y diretes a un electorado impreciso cargado de vulgaridades o sencillamente atacando la sensibilidad del conjunto de la ciudadanía con machismos, feminismos o posiciones inusuales de quien quiere ser elegido como mandatario de una nación agobiada por la crisis.
No han aprendido nada estos candidatos, sean emergentes o emblemáticos, la sociedad necesita de un enfoque real de las cuestiones precisas que atraigan recuperación a los ciudadanos y regeneración en los responsables institucionales, no un "tirar piedras al tejado del otro" sobre si quien no lleva tacones es más o menos de ese otro a quien la corbata le ahoga, el que ve el traje como apropiado o por el contrario, el que con cualquier cosita se siente presentable.
Tendrán que afinar mucho los candidatos de aquí al próximo 20-D si quieren atraer votantes a sus filas utilizando para ello lo estrictamente preciso para dar confianza a la ciudadanía, sin variar el rumbo de sus programas con alusiones a los contrincantes y salvaguardando en los proyectos que presenten la protección a los que comienzan a estar hartos de sus promesas.
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