¡¡Al ministro se le olvidó la cartera!!

No puede haber responsables del Gobierno haciendo declaraciones alusivas a la oportunidad del estudiante para acceder a la Universidad independientemente de los recursos económicos que disponga su familia. Eso no es cierto, la realidad es bien distinta y atiende a esa falta de recursos como incapacidad de proveer al miembro de la familia deseoso de seguir formándose con vistas a un futuro dejando esa posibilidad apartada por no poder atender ni el pago de las tasas universitarias, ni el gasto de desplazamiento a un centro universitario alejado de su domicilio; las notas confunden al sistema y hay universidades que imparten conocimientos y formación sobre una carrera en cuestión con inversiones diferentes del alumnado. Es evidente que unas calificaciones excelentes del alumno debieran valerle para acceder a una beca pero no es así, las ayudas al estudio se apilan en las bandejas de los despachos acumulando polvo con la esperanza del candidato envuelta en una maraña de ansiedad sin pronostico a corto plazo capaz de sacarle de esa angustia por seguir adelante en su formación.

Una vez más, de entre las muchas que hemos padecido, volvemos a tener un ministro de Educación "iluminado" al que desde su misma formación política tapan con una mezcolanza entre displicente y sorprendida por sus declaraciones. Unas declaraciones que solo sirven para reiniciar un debate sin final aparente en el que la Universidad es la protagonista, el alumno el sacrificado y el Gobierno nada acertado en la elección de sus representantes ministeriales.

Que hay demasiados universitarios cursando estudios en los centros por toda la geografía española es algo inusual oírlo en voz del máximo representante de la educación en el país, tan sólo demuestra una falta de capacidad para asumir un cargo de esa responsabilidad y deja en mal lugar a quienes le pusieron en dicho puesto. Ya tuvimos otro "iluminado" que fue aparcado disimuladamente en otra plaza alejada del malestar general de los estudiantes, igual de locuaz y soberbio ha venido a visitarnos uno con la misma ligereza a la hora de soltar sus opiniones a bote pronto sin tener en cuenta a quien representa.

Eso tan solo resalta el poco grado de empatía con los valores de los estudiantes, la poca certeza del número indeterminado de estos sin opción alguna a los estudios y una nula comprensión de lo que significa la educación universitaria para el crecimiento de un país. Lo de la Formación Profesional sin duda le atrae más, dado el compromiso que su Gobierno mantiene con la Patronal a menudo y que recogen las estadísticas que tanto les gusta como mano de obra lo suficientemente barata como para obtener beneficios sin riesgo en sus finanzas. Pero no obstante, aún así, la formación profesional está cubierta por un alumnado mucho mejor preparado que el resto de la Unión Europea a la que pertenecemos y de las que al final se surten las mejores empresas multinacionales.

Menos mal que ya queda menos para las Elecciones Generales y estas, de mantener el sentido común alerta, los ciudadanos pondrán a cada uno en el lugar que se merecen, el destino de los estudiantes lo tienen por ahora crudo dado el mal ejemplo que están dando la mayor parte de las carteras visibles de un Gobierno en decadencia.