Desconexión democrática
Andan los nacionalismos que no caben en sus cuerpos, ni en las urnas, ni en los parlamentos, ni en la calle, ni tan siquiera en Europa, esa amalgama de intereses conservadores de la casta superior que nos ha destrozado la esperanza y nos ha impuesto una austeridad que ni ellos mismos imaginaban.
Verbigracia, el nacionalismo catalán: una vana ilusión de la Arcada feliz. Y en el ínterin buscan las expresiones más originales para dar forma a la nada: "desconexión democrática" es una de ellas y viene a significar algo así como "desobediencia, no acatar ni cumplir las leyes nacionales españolas porque nuestro Parlament nos ha impuesto otra tarea mucho más democrática". Pues, nada, yo lo tengo claro. A partir de ahora mismo me "desconecto democráticamente" de la Consejería de Educación, de la República de mi casa y de la Dirección General de Tráfico. No, no es que no quiera pagar las multas que debo, es que aquí mi señora me ha mandatado para que supere esas normas y leyes que tanto me entristecen; y como es un mandato de mi casa (= Parlament) pues yo no es que desobedezca sino que acato lo que se me impone. No sé si logro explicarme.
Bueno, y en esa "desconexión democrática" no sé si dar clase o no, y si sustituir a Antonio Machado por "un vate nacionalista" local y provinciano. Aún dudo si explicar las diferencias entre "vosotros" y "ustedes" e imponer, como es de suponer, el segundo. No sé si cambiarle el nombre a la asignatura: eso de que sea "lengua castellana o española" suena a imposición y a imperio. Dicen los nacionalistas de última hora que lo mejor es hablar de "lengua" a secas. No sé, no sé; estoy dudando.
Claro que estos nacionalistas catalanes, junto con los de Izquierda Republicana, son los que han impuesto el mayor rigor de austeridad a sus conciudadanos, a los que dicen tanto respetar. Como en el horizonte se adivina la vana ilusión de la patria perdida, a la gente se le ha olvidado los recortes de estos años, y creen que vivir así es inevitable y es lo normal. Y todo ello acompañado por una Izquierda Republicana tonta e inútil que, al tocar el poder y sus mieles, ha sucumbido con la derecha más reaccionaria. Es verdad que los extremos se tocan. Y lo que ocurre en Cataluña es una buena muestra de ello.
Pues, nada, improbables lectores: que me "desconecto" porque dispongo de libre albedrío: no sé si ir al bar de la esquina o al otro de más allá. O desconectarme de ambos dos. Bueno, ya veré.































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