La madrugada de este domingo 25 de octubre, finaliza el horario de verano, por lo que los relojes deberán retrasarse una hora, de forma que a las 3.00 de la madrugada volverán a ser las 2.00 horas.
Esta medida se produce en cumplimiento de la directiva comunitaria que rige el cambio de hora y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea, recordó el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en una nota.
Según esta directiva, el último fin de semana de octubre arranca el horario de invierno, retrasándose la hora, con lo que anochece antes, mientras que en el último domingo de marzo se inicia el de verano, en el que la hora se adelanta y se logran tardes más largas.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.
Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido.
El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se adoptó por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo".
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