En busca del sentido común y la conciencia social
No se trata de poner en duda la buena intención de algunos representantes públicos, como la Alcaldesa de Madrid, Sra. Carmena cuando sugiere ocurrencias comparándolas con una ética ciudadana o sentido cívico como queramos llamarlo, poniendo a barrer a universitarios que bastante tienen con quebrarse la cabeza en los estudios y en cómo afrontar las tasas de sus diferentes universidades como para ponerse a barrer una ciudad sucia ya de continuado. Opinar no solo es un derecho de nuestra Constitución siempre que no atienda a descalificaciones malsonantes o injurias calibradas pero, tampoco son creíbles las declaraciones al quite en la escuela de tauromaquia de la ex mandataria en su día de la Comunidad madrileña siempre dispuesta a echar por tierra todo lo que suene a adopciones presumibles de tomar el Gobierno municipal al que hubiera sido su sillón de mando a costa de cualquier pacto por mucho que se apartará de su propia ideología; vamos, que por llegar al mando se hace lo que haga falta ¿Qué tendrá el dichoso saloncito de Moncloa y el despacho del Ayuntamiento?
Todo en política se plantea dentro de un marco en el que las concesiones se convierten en favores, en el que da igual a quien votes si llegado el momento de gobernar se suceden artimañas, acuerdos oscuros y decisiones favorables a los interesados que sin embargo, no revierten en la condición de los votantes; el hecho de depositar el sobre en las urnas con el candidato o formación que cada cual considere apropiada es un trámite carente de validez si llegado el momento es factible adulterar el trayecto de las listas electorales y posicionar a cualquiera en el puesto para satisfacer los proyectos de los partidos políticos.
Nada es diferente en las Comunidades Autónomas sean del lugar de nuestra geografía que sean, todo pasa por el filtro del interés de los líderes o de los que mueven los hilos de las diferentes ideologías. Decepcionante en todo caso dado el malestar que se crea y el desinterés que la sociedad va tomando con respecto a quién votar si después, hacen y deshacen a hurtadillas bajo el control de unos pocos mandatarios.
Y es que, hasta el propio Presidente del Gobierno se muestra dubitativo en sus apariciones y coge de improviso al más pintado realizando la declaración de la proclamación de Elecciones Generales dentro del espacio de una televisión privada. ¿Inapropiado? Se diría que al menos las rarezas continuadas de una mayoría que se va diluyendo a su pesar; aunque no obstante, parece no irle demasiado mal en algunos momentos por lo incierto de las votaciones que se realizan y que vienen a inyectarle más fuerza ante la posibilidad de gobiernos de favores con formaciones políticas que antes nada querían de él. De lo que estamos seguros es de que estas elecciones serán un antes y un futuro que la sociedad espera con impaciencia, acabar con el bipartidismo obsoleto y posicionar fuerzas con ideas de nueva política que no defrauden en sus expectativas aunque deban de enfrentarse a unos Presupuestos Generales del Estado de los que se han encargado los populares en acabar con vistas al que harán los que les adelanten en posición de voto. Argucias y artimañas como el interés de cobro de las entidades bancarias por el uso de los cajeros dan buena muestra del compadreo de este Gobierno con el capital dejándoles las manos libres para optar por lo que mejor les convenga a cada cual dependiendo del saldo del cliente en cuestión.
Es irreal lo que ocurre en nuestro país, mientras ciudadanos que pasaron en su día por unas malas influencias o un error sin demasiado daño por robar una bicicleta, otros con más motivo que robaron las arcas del erario público, estafaron al pueblo y cometieron faltas de una gravedad incomparable se dedican a regatear la Justicia tratando de evitar lo que para otros ya hubiera significado la privación de libertad; la separación de poderes es algo que la política debe de asumir obligatoriamente o las cosas nunca cambiaran de forma ostensible para ser respetada como merece por la sociedad que espera impaciente que el peso de la ley recaiga sobre ladrones inmunes.
Puede que estemos necesitados en la actualidad de políticos creativos con formación adecuada a cada caso en lugar de licenciados sin ejercicio, el sentido de conciencia social estará en serio peligro una vez que se vuelva demasiado inconformista dicha sociedad con lo que nos vaticinan las agencias de medición como S&P a la hora de afirmar que nuestra Reforma Laboral ha traído el empleo a nuestro país; al igual que las estadísticas basadas en calibraciones elucubran tés de significado erróneo.
Lo que a todas luces se hace indispensable es coger la realidad política de frente; algo a lo que tenemos que agarrarnos si queremos que la corrupción desaparezca del escenario político pues, aunque según palabras de un ministro del Gobierno popular afirmando que "la corrupción es algo innato del hombre" no está demasiado clara dicha acepción a la vista de los datos y basándonos en esas estadísticas tan de moda en todo lo que venga relacionado con sociedad la corruptela en el colectivo de máximos dignatarios supera al pequeño ciudadano en unas cuantas leguas de distancia.





























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