Suele pasar por estas ínsulas que se ejecutan las obras viarias sin tener en cuenta a los ciudadanos, y suele pasar que si los ciudadanos no protestan, se aguatan, pero si protestan la cosa cambia y cambia muy mucho. Cambian porque si hay protesta aparecen sobre la marcha medidas para que los perjuicios no sean tanto, por lo que se puede pensar que las obras se planifican sin pensar en la ciudadanía y que cuando no queda otra, entonces sí se planifican de forma que los ciudadanos no sufran tanto, por lo que está claro que en el que menos se piensa es en el ciudadano hasta que este se cabrea, que es la única forma de que los planificadores piensen en él.
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