Cantaron tambores y caracolas en honor a la virgen de Las Marías de Guía (Vídeo y Fotos)

Al mediodía de este sábado 19 de septiembre, los voladores anunciaban a lo grande que Santa María de Guía celebraba su Rama de Las Marías.

Y así, manteniendo la tradición, en las primeras horas de la tarde, de manera multitudinaria, vecinos y visitantes formaron piña para trasladarse a la montaña de Vergara, y desde allí hacer el camino anual con el que se renueva la promesa hecha a la virgen de Las Marías.

Cristóbal Moreno portaba como promesa a la Señora, un hermoso ramo formado por uvas, flores del mundo, rosas, enredaderas y Dalias.

Mientras se esperaba por el grupo que llega desde Montaña Alta, Adriana de diez años de edad, ensayaba pletórica con su tambos. Bernardo la ayudaba para que cogiera el ritmo, cosa que hizo enseguida.

La pequeña Aroa, en brazos de su madre, vivía su segunda Rama de Las Marías, y lo hacía con tranquilidad, como si fuera cosciente de que algún día te tocará a ella coger el testigo de la fiesta.

Pino llegada desde Las Palmas, afrontaba el camino con el corazón emocionado, echando de menos a los ausentes, pero dispuesta a cumplir con la promesa familiar a la virgen.

Desde hace seis años, María del Carmen no se pierde una Rama. La Virgen cumplió concediéndole un gran favor, y ella, esté bien de salud o no, hace desde entonces el camino, acompañada de su hija Luisa, y este año, también de su nieta Carolina.

El pequeño Álvaro, con cuatro años de edad, no paraba de tocar el tambor. Dice su padre que no sabe a quien salió ya que también le privan los papagüevos.

Desde Vergara cantaron tambores y caracolas en honor a la Señora, y no pararon durante todo el camino. Un camino que resultó algo accidentado para Elena, que terminnó con una rodilla averiada.

Este año, el camino se hizo con deseo de llegar pronto al hospital , ya que muchos quierían acompañar a la Virgen en su subida a San Roque, Noelia hizo el camino por la mañana, acompañada de los suyos, ya que quería acompañar a la Virgen por la tarde haciendo sonar sin cesar, la caracola.

Para este paseo de la Virgen, Guía se engalanó, vistiendo fachadas, ventanas y balcones. La virgen salió imponente, con su vestido verde bordado con oro.  Subió hermosa por la calle Pérez Galdós, recibiendo vivas y aplausos, mientras  desde las azoteas caían vencidas las simbólicas cigarras.

Y llegó a San Roque para recibir a los romeros, y la emoción se desbordó, con lagrímas que no paraban de surcar los rotros. Los fuegos artificiales iluminaron la noche, preparando el regreso de la Señora a la iglesia.

Ya en el frontis del templo, el sonido de los tambores y caracolas se mezcló con el de las ramas al ser agitadas con vehemencia, creando una música única que consigue que Las Marías de Guía sea inigualable.

De nuevo se escucharon los vivas a la Señora, y otra vez, los ojos se empañaron y en los corazones se desbordó la alegría por estar un año más con la virgen de Las Marías.

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