La romería-Ofrenda del Pino. El protagonismo del Pueblo (I)

Opinion

santiagogarciaramosEn primer lugar creemos preciso calibrar algún concepto que en el lenguaje actual suele entenderse mal. Por ejemplo, para comprender lo que significa el vocablo tradición hemos tener clarísima la distinción entre lo vigente y lo obsoleto, lo vivo y lo muerto. Porque cuando decimos las tradiciones o lo tradicional no estamos aludiendo a un conjunto genérico de cosas y costumbres viejas, sino al origen y discurrir histórico de hechos y costumbres que tuvieron y conservan razón de ser, porque en el transcurso de los tiempos fueron tomando carta de naturaleza, más o menos espontáneamente, hasta formar parte intrínseca de las personas y de los pueblos. Las tradiciones que no fueron enriqueciéndose con un ordenado progreso y están muertas, suponen un conservadurismo inactivo que no sirve para nada.

Haciendo un análisis en función de su origen, su objetivo, su moral, su belleza, etc., se distinguen bien las tradiciones malas y desechables, de las buenas que merecen proseguirse, e incluso reivindicarse y restaurarse. Con estos criterios es conveniente y necesario continuar ciertas tradiciones antiguas, no sólo por que ello supone el recuerdo de nuestros orígenes y devenir, así como el debido homenaje más o menos consciente a nuestros antepasados, sino porque es un sano ejercicio que nos preserva de asimilar snobismos y extravagancias completamente extrañas a nuestra razón de ser.

¿Qué cosa es la romería-ofrenda?

Ante todo una multitudinaria manifestación religiosa cristiana, específicamente católica.

Esa manifestación colectiva obedece a un inmenso acto de solidaridad social, utilizando a la Virgen como Medianera con los más necesitados, lo cual supone el ejercicio conciente de la virtud de la Caridad. El total de los productos de la tierra que se ponen a los pies de la Patrona es inmediatamente distribuido, esa misma noche, en la trasera de la Basílica, entre los transportes que disponen Cáritas Diocesana, Asilos de Ancianos y otras instituciones de beneficiencia, para surtir comedores de los más necesitados. Debe irse, pues, a la Romería con ese pensamiento e intención, con la sana alegría y satisfacción que propicia ese objetivo.

Antaño esa tradición tenía una forma más autárquica: los romeros, individual o familiarmente iban llegando a Teror, caminando o en bestias, transportando su ofrenda particular o colectiva. En la actualidad se presentan ordenadamente reunidos por su correspondiente municipio, el cual no hace más que organizar la colectiva ofrenda vecinal, con arreglo a unas pautas consensuadas que han de respetarse para el mejor orden y lucimiento del multitudinario acto.

Así mismo la romería es un acto de encuentro y confraternización de todos los pueblos de la Isla, e incluso de los canarios en general.

Es hermoso ver reunida la diversidad grancanaria de los diferentes pagos, valorar el sacrifico de los isleños que representan a las otras islas, imaginarse la heterogénea panorámica de los paisajes de origen, y observar incluso las legítimas rivalidades del paisanaje en el mérito de su ofrenda.

Y también la romería es la muestra de nuestra manera de ser ante los foráneos y turistas. Por tanto, según nos presentemos, así verán qué somos.

¿Qué cosa es el traje típico canario?

El traje típico es, ni más ni menos, el atuendo original de cada sitio. Todos los pueblos del mundo tienen un atavío tradicional propio, que los distingue porque fue concebido de acuerdo con su clima, sus posibilidades naturales, su paisaje y la propia manera de ser de sus personas.

Sin embargo, a finales del siglo XIX tiene lugar la revolución industrial, y ya avanzado en siglo XX empieza a homologarse la vestimenta en función de unos tejidos de fabricación masiva; surgen las modas de diseños monótonos y colores homogéneos, manipuladas por unos pocos listillos que las implantan usando los crecientes medios de comunicación. No es casual que todo este artificio influya también en el pensamiento y en las igualitarias actitudes de las personas todas, en evidente incremento de la pérdida de las características propias de cada pueblo.

Esa y no otra es la razón de que para celebrar las festividades propias se recurra instintivamente a los trajes típicos antiguos. No es comparable la variadísima belleza en cantidad y calidades de los trajes de la tradición artesanal, que nunca obedecieron al dictado de la moda, porque su libérrima factura (diseños, telas, colorido, complementos, etc.) era distinta y distintiva de los diferentes pueblos.

En medio de la globalización actual, es difícil que las nuevas generaciones se mentalicen concienzudamente de la importancia de ser y mostrarse distintos y distinguidos, o sea identificados por unas características propias.

No se debe ignorar ni olvidar nunca la razón de ser del traje típico.

¿Cómo hacerse con un traje típico?

Muy pocos paisanos tienen la suerte de conservar trajes de sus antepasados, ni muchos pueden disponer del presupuesto suficiente para conseguir, por ejemplo, piezas de lana de telar artesano o cortes de lino, sedas de La Palma o encajes de Agüimes. No todos los trajes han de tener esta lujosa confección. Pero apenas se busque con un poquito de interés, se encontrarán en el comercio telas similares en colores y texturas adecuados, a bajo precio.

Tampoco es mayor obstáculo la confección, porque existen costureras especializadas en el asunto, cuyo trabajo es eficaz y no muy cuantioso; la información al respecto puede encontrarse en las concejalías municipales de Cultura y en los diferentes mercadillos de artesanía popular; así como la adquisición de los complementos apropiados y dignos, como joyas, calzados, bolsos, etc., tampoco necesariamente caros.

En nuestros días existen, como nunca, rigurosas noticias de la enorme variedad de atavíos tradicionales de nuestras Islas y pueblos. Cualquier curioso puede acceder a la información publicada en lindos libros que describen innumerables diseños, ilustrados con fotografías, dibujos y bocetos que facilitan su confección. Citamos algunas de estos: José Antonio Pérez Cruz: La vestimenta tradicional en Gran Canaria. FEDAC, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1996; Juan de la Cruz: Las indumentarias tradicionales de Canarias. Centro de Cultura Popular, Ayuntamiento de La Laguna, 2012; Manuel Pérez Rodríguez y José Luis Concepción: Trajes típicos. Guía de vestimenta folklórica de Canarias. Asociación Cultural de las Islas Canarias. La Laguna, 1994; Varios autores: El vestido tradicional en Gran Canaria. Mancomunidad Interinsular de Cabildos de Las Palmas, 1985; Trajes de Canarias (carpeta con 68 reproducciones facsímiles antiguos). Consejería de Industria, Comercio y Consumo del Gobierno de Canarias, 1992; Sergio Calvo: La vestimenta tradicional en Gran Canaria y Néstor Martín Fernández de la Torre, C.I.T. de Gran Canaria, 1997.

Desde luego, es justo congratularse de que en las romerías de Gran Canaria de los últimos años van apareciendo cada vez más, y más idóneas vestimentas, siguiendo el ejemplo de otras islas.

¿Qué cosa es un disfraz?

Dice el diccionario de la R.A.E.: "Disfraz: Artificio de que se usa para ocultar o disimular una cosa." Y efectivamente parece que muchos paisanos acuden a las romerías disfrazados de canarios.

Es corriente oir que a las romerías debe asistirse disfrazado de canario. ¿Existe mayor despropósito que sentirse disfrazado con un traje típico? A las romerías van disfrazados sólo los que se visten con una camisa manchada de platanera sin haber cargado un racimo de plátanos en su vida. ¿Ignoran estos desorientados que los campesinos asistían a las romerías con su terno de los días de fiesta?; los niños que se pintan bigotes y mascan cachimba; las damas que se tocan con un pañuelo que les recoge el cabello como una mínima toquilla y por debajo van mostrando los muslos; todos los que pasean por las calles con unas cómodas playeras cantosas, (antes se llevaba en un cartucho un calzado adecuado, que a la entrada del pueblo era sustituido por las rústicas alpargatas); los que llevan botellas de ron en bolsas de plástico y se emborrachan antes de la ofrenda; los descamisados. Están disfrazados los que visten chándal y cholas como si fueran a la playa; los que van sembrando de botellas, latas, plásticos y desechos el campo y las calles; los que no se destocan ante la Patrona o entran en el templo cubiertos, etc., etc., etc. Una lástima, una fealdad, una caricatura, ¡un carnaval!

Es obvio que todos esos inconvenientes son cuestión de cultura y de voluntad, y que cada cual se manifiesta según la educación que ha recibido en su propia familia, prolongada en los colegios y tolerada sin el debido control por las autoridades oficiales que tienen el deber de vigilar la convivencia.

El que acuda a Teror –como a cualquier otra romería-ofrenda- ha de saber a lo que va. Sería precioso que todos los canarios, incluidos los espectadores, asistieran vestidos con el traje típico. Ni mencionar siquiera con qué cuidado han de disponerse todos los que intervienen directamente en el desfile de la ofrenda representando a su municipio

Las fiestas son un escaparate donde tenemos la ocasión de gozar la tradicional canariedad entre nosotros mismos y exhibirla ante los miles de forasteros y turistas que nos visitan anhelando siempre descubrir nuestras características que muchas veces no encuentran. Es una lástima que al menos en esas ocasiones excepcionales todos los canarios no nos mostremos dignificados por las virtudes que siempre caracterizaron a nuestros antepasados, desde los más encopetados ciudadanos hasta los campesinos más rústicos: Piedad, nobleza, respeto, cortesía, hospitalidad, alegría, seriedad, elegancia.

Una vez más rogamos a Ntra. Sra. del Pino que nos de el tino y el temple suficiente para no incurrir en la inconsecuencia de esconder nuestras tradicionales señas de identidad.

Ese y no otro es el protagonismo que al pueblo corresponde.

De las responsabilidades de las Instituciones y Organismos Oficiales, trataremos en el próximo artículo.


Etiquetada en...

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.142

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.