Fiesta de Blanco XVIII EDICIÓN

El verano es la estación propicia, la estación del trasbordo y acaso la del último tren. Todo en verano cambia de color, su brillo amortigua las ilusiones, la mirada, la piel, el paso de la luz... Todo se abre, reduce se exhibe, canta, la pasión y la temperatura pasajera, los dos humedecen en los cuerpos... Es necesario abandonarse, divertirse en estricto sentido, verterse hacia otra parte, sin pensar demasiado, sin reclamar después. El verano no tiene libro de reclamaciones... El mar lo puede todo, con sus tonos azules y la brisa que nos transporta al sublime encanto de los atardeceres de sueños, de adioses, de cosquillajes maquillados de amores... de fiestas...

El mundo gira y gira y el ser humano no se acostumbra a estar solo. Los sentimientos engrandecen a las personas, por eso cada mes de agosto el BLANCO llena las calles del Puerto de Las Nieves llevando a bordo a muchas personas de diferentes lugares en una cita que quizás el tiempo ponga su huella y se convierta en una fiesta en el último sábado de agosto...