Elogio a la majadería

Opinion

leonilocartel2015En España, en esta aparente democracia, las luces son escasas. Sobre todo para alumbrar el camino, dicen: la luz que va delante es la que alumbra. Debe quedar rezagada pues, en lo referente a la claridad, las dificultades son notorias. La ausencia de luz, en tanto que guía del camino, da paso a los ocurrentes. Nada más cabal que el emisor de ocurrencias. Surgen a borbotones, como los hongos al abrigo de la espesura del bosque. Una de las últimas, según parece, se debe a un concejal del PP en el consistorio madrileño. Este buen señor, para unirse a la serpiente de verano emprendida por otro que bien la baila, se refirió a las vacaciones de la alcaldesa madrileña, en los términos siguientes: "Carmena no puede irse de vacaciones hasta que pueda permitírselas el último madrileño". Debió quedarse exhausto con tan hondo razonamiento. Ya se sabe, los influjos de su jefe, que nos tiene acostumbrados a la insondable profundidad de los suyos.

La cacería, no puede entenderse de otro modo, la inició (quién si no) La Razón – dime de qué presumes – con esas portadas a las que nos tiene habituados. Puso en duda la legitimidad de las vacaciones de aquella, haciendo referencia al costo del lugar donde se albergó, tanto ella como el grupo de quienes le acompañaban. No debió gustar al señor Maruenda (del que por cierto aguardamos por el cumplimiento de su promesa) el lugar y puso como noticia destacada tal acontecimiento. Quizá, a la vista de los hechos, no encontrase nada más importante ese día. De ser así, bien haría en poner fin a esa aventura seudoperiodística emprendida. Todo por unas vacaciones que nada ha supuesto para las cuentas públicas. Sin embargo, ese adalid de la prensa liberal, nada dice de aquellas que sí suponen un gasto, excesivo atendiendo a los tiempos que corren, para aquellas.

Perdida la batalla del costo de las vacaciones, como debió continuar la escasez de noticias, enhebró la siguiente mentira: la relacionada con la falta de respeto a especies en peligro de extinción. Fue una flor, aparentemente en vías de desaparecer, el motivo de la portada de los cruzados de la última reserva espiritual del occidente. Como siempre parece asistirle la razón (dime de qué presumes), se empeñaron en defender una flor, como tantas que crecen en Andalucía, en aras de vilipendiar a Carmena. No solo por su ascendiente ideológico – que también – sino por osar sacarlos de lo que ya habían tipificado como uno más de sus feudos. Peor aún, comenzar a dar transparencia a la institución, mostrando cómo vivieron en la opulencia a costa del dinero del resto de la prole, a la que sometieron a la austeridad sin comedimiento, eso es intolerable para quien cree representar la voz de su amo.

No tendría importancia, en realidad carece de ella, si contásemos con personas instruidas, conocedoras de la realidad y capaces de afear esas mentiras tan groseras, indignas de campar a sus anchas como lo hacen. Ahí radica entonces el problema, que es necesario resolver con urgencia: la escasa capacidad crítica de las personas a quienes dirigen el mensaje. Por esa escasez, son capaces de permanecer en un perpetuo elogio a la majadería.


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