Los vertidos continúos de aguas residuales en la playa de Bocabarranco en el municipio de Gáldar, se han convertido en la historia interminable, ya que después de casi tres décadas de soportar estos vertidos, la solución a los mismos no termina de llegar.
Desde que en la década de los años 80 del siglo pasado, se ubicara la estación depuradora que comparten los municipios de Gáldar y Santa María de Guía, en las inmediaciones de Bocabarranco, comenzaron los vertidos, lo que obligaron al cierre de la playa al baño.
Según los datos del Consejo Insular de Aguas, la playa de Bocabarranco, recibe unos vertidos de salmuera y aguas residuales, cifrados en los 20.000 m3 y 2.000 m3 diarios respectivamente,
La solución que se dio en su momento, fue la contsrucción del emisario submarino que alejara de la costa, el vertido de residuos, pero la construcción de ese emisario se convirtió durante años, y hasta la actualidad, en el baile de la Yenka, con dos pasitos para delante y tres para detras.
Primero que si las mareas no dejaban avanzar la obra, después problemas económicos para financiar la misma, y finalmente, en el año 2006, se detectó que la salida del emisario era inviable ya que la planta desaladora de agua de abasto pública, tuvo problemas en la conexión con el mismo, dado que este no tragaba como debiera.
En aquel entonces, técnicos consultados por Infonorte, afirmaron que para que el emisario funcionara correctamente se debía construir de nuevo, ya que de lo contrario, continuarían los problemas.
En el año 2008, el Consejo Insular de Aguas presentó un nuevo proyecto de emisario para la playa de Bocabarranco, alejándolo de esa zona y llevándalo hasta Caleta de Abajo, pero la falta de financiación, ya que el presupuesto ronda los siete millones de euros, dejaron el proyecto en el cajón de sueños políticos.
En junio de 2011, un informe de la Unión Europea sobre la costa española, ponía de manifiesto que la playa galdense de Bocabarranco, era una de las doce de este país cerrada al baño por contaminación, al estar incompleto el proceso de depuración por ausencia de sus distintas fases de depuración, así como por ser excesivamente pequeña para la población de la que recibe sus vertidos.
De hecho, la consejería de Sanidad del Gobierno canario, decidió a finales de a década de los año 90, dejar fuera del análisis mensual de la calidad de aguas de las playas canaria, a Bocabarranco, dado que los problemas de vertidos se enternizaban en el tiempo.
En octubre de 2012, a raíz de otro vertido, el Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria informaba que el problema no era de la depuradoda sino de la planta desanilizadora para uso agrícola, pero al poco tiempo, el Consejo retiraba de la playa, los restos de tubería del emisario que durante años formaron parte de este paisaje costero.
A lo largo de todos estos años, las protestas ecologistas por la situación de Bocabarranco han sido constante en el tiempo, protestas que se incrementaronel pasado invierno, con vertidos costantes en la playa.
Por otro lado,todos los grupos políticos en el Consistorio galdense han llevado en sus programas políticos, la solución a estos problemas de vertidos. Icluso algún que otro alcalde llegó prometer que el problema estará solucionado en tres meses, pero el tiempo ha ido pasado y la solución sigue sin llegar.
Debido al crecimiento urbanístico que han tenido los municipios de Gáldar y Guía, la situación se ha agravado, ya que a la falta del emisario submarino se suma que la depuradora se ha quedado obsoleta y requiere una amplaición.
En el mandato anterior, los ayuntamientos de Gáldar y Guía mantuvieron varias reuniones para adquirir conjuntamente los terrenos necesarios para la amplaición de la depuradora, pero de momento, esos acuerdos siguen sin fructificar. Además, la partida de 300.000 euros que el Consejo Insular había destinado para la citada ampliación, desapareció en el mandato anterior, por lo que desde el Consistorio galdense se exigió la reposición de la citada partida y que además el Consejo se hiciera responsable de la compra de los terrenos.
Desde el ayuntamiento de Gáldar se ha cuestionado tambiém que los residuos de Guía se depuren en la planta de Bocabarranco, a lo que se puede añadir que el Consistorio guiense no es hasta ahora, después de años de silencio municipal, cuando muestra algún interés por los problemas mediomabientales de la playa galdense.
La Historia interminable de Bocabarranco sigue escribiendo páginas de vertidos, con obras de parcheo que se demuestra que no solucionan el problema, y una vez más, se reclama un emisario que viene siendo la misma reclamación de hace treinta años, y poco más es lo que se ha hecho.
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