Sin gracia ninguna

En la villa de Agaete, algunos que se creren graciosos juegan con un salvavidas, que está para lo que está, y en La Aldea, les da por trasquilar las plantas que están delante de las Casas Consistoriales, pero no tienen gracia alguna. Estamos hablando de vandalismo puro y duro, y sus protagonistas no tienen ningún sentido de lo que es civismo. Las trastadas juveniles son una cosas y otra muy disttina las actitudes vandálicas que son muy peligrosas.