Abanicos políticos por doquier

Tras la oleada de noticias sobre el manejo europeo de la ex troika con los griegos, todo se sucede a borbotones entre las cúpulas de los países de la Unión. Los comentarios de unos y otros vuelven a incitar le expectación entre los ciudadanos que han pagado, pagan y seguirán haciéndolo durante muchas décadas unas finanzas externas a las arcas de cada uno; es evidente que la pregunta sale a relucir en todas las tertulias de la calle que, aunque nada duchas en estrategias políticas, si lo son en pagar las deudas de un país no rescatado por la UE pero si de las cajas de ahorro o las entidades financieras de mal agüero de los que se valieron para salir a flote de la recesión de sus cuentas, la mayoría tan turbias como los residuos de una cloaca cualquiera.

Si los compañeros de fatigas de la crisis en ese maravilloso país como Grecia no pagan lo adeudado y siguen pidiendo millones de euros para satisfacer los recursos básicos de los ciudadanos, es difícil entender como en nuestro país pagamos lo nuestro y lo suyo a la vez sin demora alguna. Esa es la incertidumbre de sabernos pagadores sumisos y acreedores modelo a los que no le importa demasiado seguir defendiendo intereses europeos más que a inyectar propuestas o proyectos para sacar a flote el mercado laboral de los españoles. Sin duda, no es para obviar la mesura de un Presidente del Gobierno como el nuestro, capaz de dar palmaditas en la espalda de quien no le paga, solicitar medidas racionales a los socios europeos para dar oxígeno a los griegos y no complementar como su obligación requiere medidas para asentar los derechos sociales de los españoles más modestos.

Claro que para que todo esto siga funcionando adecuadamente ya tenemos al ministro del énfasis eterno en la boca como el Sr. Montoro, con sus alegatos de una simpatía improcedente y con la ironía de quien se sabe dos peldaños por encima del que más; según el personaje en cuestión, España nunca debe tener miedo de que venga un corralillo a incrustarse en las calles de Madrid, ni de que a los jubilados les falte dinero en el cajero con el que pagarse el bono transporte si es procedente. No dice nada el protagonista máximo de las prestaciones que ya se ha servido en la caja de las pensiones, de esos caudales que ha tardado menos de una legislatura en dejar temblando, y eso que la herencia socialista según fuentes populares durante todos estos años de Gobierno ha sido un lastre que sino, seguro que de la caja no queda ya ni la tapa por no hacerle falta siquiera.

Toda esta vorágine de noticias insidiosas no parecen tener fin, menos ahora con la precampaña electoral que comenzó el 25 de Mayo nada más acabar las elecciones municipales de las que salieron escaldados. Ahora se vuelcan en dar ejemplo de gobernanza, de honestidad suprema a pesar de tener entre sus filas trúhanes de mucha cuenta que ahora son repudiados por hacer las cosas sin demasiado estilo para no ser cazados con las manos en los euros.

España va bien según el Presidente, pero no puede ser que tras los ajustes a los que ha sometido a los ciudadanos, estos no vean en el horizonte nada más que pagos aplazados a los aliados de la UE, deudas sin cobrar de otros vecinos y arrinconamientos cada vez más austeros en los bolsillos de la ciudadanía. Esa misma que espera proyectos sin pausa y que se queda absorta ante las palabras del Sr. Rajoy cuando dice que si el voto no va a los populares los españoles se irán al garete.; no sé si el garete o a la mierda pero el caso está claro, peor no nos puede ir a los españoles con las políticas de recortes, los empleos precarios, las tasas de los universitarios catalogadas como las más caras de Europa y las empresas privadas cada día más poderosas, por no hablar de las fortunas que siguen aumentando de ceros cada día que pasamos en la pobreza. No se puede entender como si un alto porcentaje de la población activa subsiste con menos de seiscientos euros, digan que este país va a la cabeza del crecimiento europeo con semejante horizonte de precariedad, con los más jóvenes sin saber lo que es un trabajo y los niños en el umbral manifiesto de pobreza.

Está claro que las estadísticas son pagadas con dinero público. Al servicio y momento que la autoridad competente estime sacar a la luz; eso de que los españoles son felices no se lo cree ni quién lo afirma en el último estudio. Pasean y ven la televisión porque la cerveza esta cara, el agua también y las palomitas solo las disfrutan en la calle cuando vuelan por el parque pues el cine o el teatro es para un día festivo que celebrar y no gozar de la cultura en un lugar privilegiado como siempre ha sido en España. El Sr. Rajoy se toma muy en serio eso de que las bicicletas son para el verano a pesar de que no se le dé muy bien dar pedales, mejor el plasma porque así es más feliz y pasear por el recinto de Moncloa como un buen turista de paso.