Acostumbrados estamos a incumplimientos de promesas electorales desde años ha. Pero aun a sabiendas de que los tales compromisos se adquieren para no respetarlos -el profesor Tierno Galván dixit-, hay un algo de nosotros entre sanaca y utópico, tolete y esperanzado, que nos induce a creer a los aspirantes. Y no digo ya si encontramos a un par de ellos que, además, digan algo y, encima, que lo digan bien.

Existen esos bichos raros -inquisitorialmente sospechosos si son capaces de hilvanar un discurso con Ideas-, aunque su presencia en la política activa canaria escasea. Mas no por ellos, sino porque quienes seleccionan y dictan nombres suelen tener presente niveles intelectuales y pruebas que miden capacidades y sumisiones. Sabia y juiciosa sensatez, por otra parte, no vaya a ser que el pollo o la jóvena seleccionados salgan respondones, anatematizados sean.

Mas tampoco han de ser sabios como, por ejemplo, los físicos que trabajan en la búsqueda del bosón de Higgs a través del superacelerador de partículas con la intención de acercarse al origen del Universo. Para el gobierno político de mi sociedad me conformo con algo menos. Pero, eso sí, que los elegidos tengan cinco dedos de frente, para lo cual tampoco es preciso ser especialista en Kierkegaard o en nanomateriales, aunque sí que sepan sobre energías alternativas: estas sustituirán a las tradicionales pues, por ejemplo, el gas natural comprimido es más barato que la gasolina y mucho menos contaminante en un coche.

Y no digo ya sobre algo más complejo pero, a la vez, elemental: la exquisita prudencia que se ha de tener cuando la supervivencia de un pueblo como el aldeano depende de una nueva carretera que enfrenta a dos maneras de ver su construcción: una, la vía sin más. La otra, que también la considera prioritaria, añade que se debe contemplar su integración en el medio ambiente con el mínimo impacto. Sin embargo, Podemos como Gobierno insular -tal parece- se ha precipitado al lanzar la idea de un nuevo trazado sin haberla propuesto previamente a los más afectados, los aldeanos. No obstante, estoy seguro de que pulirán ipso facto la novatada, conozco a algunos de sus componentes, sé de sus capacidades. Pero ya deben tomar conciencia de una realidad: todo lo que digan públicamente se expande como la luz.

De la misma manera que el señor Doreste (LPGCPuede) podría acaso andar con cautelas y recatos en esa estructura de poder a la que ya pertenece, a fin de cuentas es vicealcalde del Ayuntamiento de Las Palmas (voz la de "vicealcalde" más acertada que la construcción "teniente de alcalde" en cuanto que los ayuntamientos son organizaciones civiles, no militares). Y lo comento porque ni todos los miembros coaligados en el triunvirato municipal participan de la misma esencia ideológica ni, por supuesto, en cuestiones concretas hay aproximaciones como, por ejemplo, las nominillas.

Así, por ejemplo, el señor Quevedo (su aliado, segundo vicealcalde) debe desplazarse de cuando en cuando a Madrid porque es diputado en el Congreso además de concejal del Ayuntamiento... y con responsabilidades. O lo que es lo mismo, ética incompatibilidad aunque rigurosamente legal. Porque si está en Madrid no puede estar aquí, imposible doble ubicuidad con la marea por medio. Por tanto, una de tres: o cuando vuela abandona su compromiso municipal, o este no existe a pesar de la vicealcaldía o, acaso, lo realiza su adjunto. (Mas, si así fuera, ¿quién lleva a cabo la responsabilidad del adjunto? ¿Acaso un asesorado asesor?)

Pero hay otra cosa: vuela en primera (La Provincia), es decir, en preferente o preferencial, en compartimento superior, en espacio prioritario y preeminente, en habitáculo para minorías. Lo hace entre anchuras, holguras y amplitudes de las que gozan unos poquitos: quienes lo pagan con su dinero (que Dios se lo bendiga) o con el de la empresa. Pero también hay señorías como el señor Quevedo que por su pertenencia a la casta política superior viajan en business class, que para eso están los anglicismos: para destacar también la variedad estamental. ¡Casta progenie, pues, la del señor Quevedo: con tal de no molestar se acomoda en primera, en bisnes!

Y digo de las nominillas en el Ayuntamiento de Las Palmas (Canarias7): los señores concejales de LPGCPuede cobrarán 1800 euros frente a los 3850 de los ediles anteriores del PP... y de sus actuales colegas de Gobierno del PSOE y de NC, acentuado contraste. Y estos del PSOE y de NC confunden a funcionarios de carrera con hacer carrera en la política: por tanto, no renuncian a los 3850 euretes, cantidad "moderadamente aceptable", concluyen. (Una duda: ¿cobraban esa nominilla en la empresa de la que llegan?) Y el señor Sabroso (4000 euros mensuales como vicealcalde en la etapa anterior; 2400 euros ahora si estuviera liberado. Pero no como jefe titular del grupo PP, sino como adjunto del señor Cardona) ve flagrante contradicción entre los noveles concejales de Podemos y las retribuciones aprobadas. Muy acertada observación la suya, muy racional y justa, me cae bien el locuaz joven: ¿por qué los seis concejales de Podemos con responsabilidad de Gobierno cobrarán 600 euros mensuales menos que él? Acaso ingenuidades.

En fin. A pesar de todo, habrá que esperar para ver cómo actúan los nuevos gobernantes, todos. Aunque, con la experiencia acumulada, me abstengo de poner la mano en el fuego. Pero tengo la impresión de que el nuevo presidente del Cabildo de Gran Canaria es de aquellos que dicen y, además, dicen bien, y sabe de Ideas. Yo creo en él, lo avala su trayectoria en la cosa pública. Pero cautelas y recatos son también recomendables. Y sé lo que digo.