El cambio no es para quedarse sentado

Opinion

juanantoniosanchez2014buenaBien, pues ya están los consistorios y las autonomías formadas, en perfecto estado y dispuestos a ponerse de acuerdo en estar de la misma forma al corriente en el pago de impuesto y arbitrios con los que afrontar una nueva época de nuestra historia democrática. Sinceramente deberíamos de ponernos a cubierto al comienzo de todo este desenlace al que han llegado muchos con el arreglo sostenido en el momento adecuado por otras formaciones que, a pesar de no ser afines a sus principios, ven con más satisfacción tener a unos en el lugar que mejor dominen con respecto a aquellos que pudieran ser demasiado peligrosos por la espalda.

Ante el maremágnum de consensos y apaños al que han llegado las fuerzas representativas de la ciudadanía habrá que hacer una pequeña reflexión sobre si nos ha interesado votar a uno para que se coalicione con el contrario o simplemente nos han vuelto a engañar dándonos a entender que apostaban por la calderilla que pudiera quedarles y no por el cambio que prometían traernos.

Algunos sin embargo sostienen que las ideologías han variado el rumbo o que los socialistas se han dado un revolcón desilusionador para sus afines y que los populares han pagado la soberbia cometida con sus ajustes y recortes a ojos cerrados con los que han conseguido agrandar una brecha social ya de por sí acrecentada con la crisis. Ahora son los nuevos líderes quienes deben tener las premisas con las que llegar a pactos de gobierno pues hasta ahora tan sólo se ha llegado a acuerdos suficientes con los que atender la premura de poner a alguien en el lugar visible que la situación requiere.

Y entonces, ¿Cuándo comienza el espectáculo del cambio? ¿qué sorpresas nos esperan desde ahora hasta que nos vuelvan a requerir para depositar una nueva papeleta en las urnas en las próximas elecciones generales en Noviembre del presente 2015? De momento nos debemos conformar con la afrenta a los jubilados del actual Gobierno Central y su inquisitiva forma de hacer política a costa del agravio al ciudadano; confirmar que el poder adquisitivo de estos se va sumergiendo en la miseria según pasan los días del año y los zapatos suben de precio costándoles dar un ligero paseo con el que saciar la ansiedad de notar sus recursos mermados y los pantalones de siempre, se quedan sin ese cambio para tomar un café de tertulia merecido. Sí, es cierto, los recursos de los pensionistas siguen manteniendo en muchos casos dos hogares, siguen sumando más bocas que alimentar en su casa y costándole más de un disgusto darse cuenta de que nada cambia, tan sólo ellos más viejos, sus hijos desempleados y los nietos con una esperanza lejana de un bienestar apagado.

Es en este instante, en este preciso momento de suma necesidad, cuándo varía el rumbo de la política, el idóneo para demostrar esos beneficiarios de los votos por indignación popular y hartazgo de la ciudadanía el ideal para dar la vuelta al marcador de indiferencia al que estamos sometidos desde la entrada en juego del Partido Popular en el Gobierno. Son los municipios, las diputaciones a pesar de su nula aportación y las comunidades autónomas las que tienen que liderar el cambio prometido con el que afrontar la regeneración de la política malsana en nuestro país y el resurgimiento de medios con los que avanzar en pos de una Calidad de Vida perdida por la mala gestión de los que ahora se sienten vilipendiados por una mayoría que han dejado de disfrutar y aluden en sus discursos a convencer a la sociedad de haber caído en las redes de los que vienen a dar por terminada una parte de la historia en favor de ideologías extremas. Por favor, ¿Quién fue el primero en engañar al pueblo dándoles a entender que traían el progreso en sus programas? ¿Quién mantuvo una cruel indiferencia mientras los ladrones se llevaban un dinero que no era suyo hacia paraísos fiscales? ¿Quién dejó a ciudadanos honestos en la calle despojándoles de la dignidad de sus hogares? ¿Quién adujo librar la batalla para recuperar el mercado laboral y utilizaron una Reforma Laboral para crear contratos de usar y tirar? ¿Quién contrató en diferido lo que resultó ser directamente un robo a los ciudadanos? No señores, esto del miedo ya lo hemos pasado viendo como cada viernes salían del Consejo de Ministros con una nueva bala en la recamara preparada para ser disparada a traición en el Boletín Oficial del Estado sin tiempo para digerir tales despropósitos; los ciudadanos ya no temen a nada que suene distinto ni a utilizar otros medios que siendo democráticos puedan traerles respiro a sus hogares.

Es tiempo de cambio, de volver a intentar que la sociedad española recupere el sitio que antes mantenía con orgullo en el continente y no esperar más a que nos lo devuelvan los que llevan tiempo llevándoselo poco a poco sin reparo en sus medidas. Pero también es tiempo de reflexión y de poner bien el oído para que no se nos escapen por la puerta de atrás los recursos que nos han prometido los nuevos protagonistas de la política en España. No podemos volver en el tiempo porque ya está escrito pero si podemos escribirlo sin miedo, colocando los acentos donde proceda y no gastando tinta inútil en mirar hacia esos años que nunca volverán como fueron pero si pueden llegar otros nuevos con los que subirnos al tren del progreso, del trabajo y ante todo lo digo, con la mayor educación, mandar a la mierda todo lo que suene a ideología añeja.


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