Tras la tempestad queda el baldío

Opinion

juanantoniosanchez2014buenaNo es real todo lo que vemos a nuestro alrededor cuando nos ponemos a observar el presumible cambio al que las fuerzas emergentes de la política española en las pasadas elecciones municipales y autonómicas habían proclamado a los cuatro vientos, con el único objetivo de liderar un espacio en el entramado de la política en nuestro país que se iba quedando huérfano de ideologías sensatas.

Así lo vienen pronosticando las continuas reflexiones de los representantes de estas formaciones que junto a las de los partidos emblemáticos se enzarzan en una rutina consabida de antemano por la falta de ideas desde el comienzo. No pretender unos lo que los otros disponen es sencillamente un cambio a la misma dirección, con los mismos pro pagamientos e idénticas conclusiones finales, un derrote tras otro sin levantar la cabeza atendiendo a las verdaderas exigencias del ciudadano.

Confirmamos el desgaste de los partidos de siempre, la obsoleta identidad de estos y la necesidad apremiante de que la Izquierda Plural, esa formación aparentemente discreta, saque lustre a una imagen dañada por impostores a los que ser de izquierdas les seduce el tiempo justo de tomar asiento en las cómodas poltronas del Parlamento en lugar de sacar a la calle su disposición a defender una sociedad debilitada por la falta de oposición a un partido sobrio de naturaleza, soberbio de ímpetu e inmorales a la dignidad de cualquiera.

Toda esta sinrazón ha venido a situar partidos a los que nadie tenía conciencia de existir en primera línea de batalla por el poder, otorgándoles una importancia excesiva propiciada por el descorazonador panorama social visible en nuestro país ante la crisis económica del continente y la mala gestión de los políticos de siempre envueltos en lides insólitas a los ojos del ciudadano por una corrupción desalmada desde decenios. Pero es necesario recapacitar detenidamente sobre aspectos importantes de este batiburrillo de partidos salidos de la nada que han convertido gobiernos municipales en pandillas de concejales y peligrosamente propagadores de que las autonomías se balanceen para lados después desmedidamente insalvables hasta dentro de otros cuatro años de suplicio. Los socialistas se han dado de lleno con el mal ejemplo de no tomar en consideración a estos partidos novedosos, dejándoles el paso libre por una falta de compromiso de sus máximos dirigentes con la disciplina socialista dispuesta en sus estatutos, algo parecido a meter en la cajonera del por si acaso lo que ahora les resultaba indispensable.

La izquierda no puede ser prioritariamente extrema, ni la derecha salvar su ideología por medio de un programa encubierto o unos partidos utilizados para distraer la atención del más descuidado. El tiempo se les ha ido en darse puñetazos bajo la mesa de sus escaños, soltando improperios a diestro y siniestro con la única obsesión de dejar al otro técnicamente tocado pero no en la lona de la inconsciencia total.

Cuatro años es mucho tiempo, demasiado para haber dado la opción a algunos de salir beneficiados del problema de un Gobierno metido a coco en sus discursos contraatacando con el miedo a la incapacidad de salir airosos de las votaciones. No puede ser que después del daño generado a los ciudadanos el Partido Popular haya sacado en algunos municipios una nueva mayoría pero no es menos desafortunado el otorgarle a las nuevas formaciones la disposición de mandar en ayuntamientos e incluso comunidades sin un acuerdo tácito de las partes que evidencie un trabajo en cohesión para salir lo menos dañado posible de la situación de deterioro en la que se encuentra la sociedad española.

Ahora ya es tarde para sacudirse los hombros dando por terminada la posibilidad de haber sacado provecho la ciudadanía del mal momento de la política, atender las demandas de esta se me hace preocupante por la gran diferencia de ideas de toda esta maraña de personajes salidos del mismo plasma que el actual presidente; compartir una ensalada no es demasiado sacrificio para lideres hechos de la indignación social de un país harto de encubrimientos y falta de respeto de unos individuos venidos a batallar estrechando lazos sin sentido.

No hay ideología en el mundo capaz de sostener que sin el trabajo en equipo de todos los implicados en el progreso de un pueblo, el Gobierno, la oposición, los sindicatos, la Patronal y los ciudadanos, el futuro es algo tan incierto como muchos de los gobiernos municipales a lo largo de toda nuestra geografía.


Etiquetada en...

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.34

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.