Reflejos de esperanza

Opinion

juanantoniosanchez2014buenaNo es difícil sacar conclusiones tras estas pasadas elecciones municipales y autonómicas 2015 que nos dejan un largo proceso para confeccionar pactos, acuerdos o desaires en algunos casos de unas formaciones a otras. Ya parece estar desapareciendo del mapa de la soberbia hasta ahora poco indulgente del partido en mayoría de muchos municipios de nuestra geografía a los que se les va cercando el espacio desmedido que en su día le dieron los votos bajo programas envueltos de falsas promesas que no dejaban vislumbrar la realidad de esa austeridad en la que nos hemos y vemos envueltos.

Desde el favor de la objetividad se puede corroborar que el Partido Popular ha dejado huella en muchos ciudadanos sometiéndoles a un dolor o castigo que les ha puesto de manera indignante en el umbral de la miseria y despojados de los derechos sociales más básicos. Estas elecciones han comenzado a desmadejar el hilo del inconformismo para confeccionar con él una nueva forma de hacer política en un país que se viene abajo cada vez un poco más sin proclama positiva que lo impida.

Las nuevas formaciones emergentes no han sido sino instrumentos basados en la desesperanza de un bipartidismo que dista mucho de haber trabajado como la ocasión merecía en favor de la sociedad y solo especulando con la honestidad del otro jugaban a llevarse a su terreno el poder del Gobierno. Estos partidos han venido a relegar a un segundo plano las ideologías para atender con urgencia las necesidades de los ciudadanos pero cuando han llegado a posicionarse en el escenario del protagonismo evidencian carencias solapadas bajo gritos alentadoras de hinchas jubilosos por ver a su equipo vapulear al contrario; utilizando para ello fraseología abruptas o retos a duelo de debate televisivo.

No se entiende el trabajo bien hecho si esté no se acaba del todo, ni se puede aderezar los ánimos de los votantes y una vez logrados, frenar en seco hasta ver cumplidos los deseos de su formación para aceptar acuerdos sin bajarse del trono al que han llegado por mandato ciudadano. La política no es entendible sin debate y esté no puede llegar sin compromiso por las partes interactuantes que han sido elegidas para representar un colectivo social, una localidad o región en cuestión como de una competición deportiva al uso se tratara.

Los instrumentos que nuestra democracia ha puesto en las manos de los representantes elegidos en las urnas no son para utilizarlos en fines propios como antes de las votaciones aludían haber llevado a cabo los perdedores en muchos ayuntamientos o comunidades hasta ahora; son esos instrumentos los que deben salir a relucir en los debates entre las formaciones ganadoras de puestos representativos y con ellos, traducir un jeroglífico ya demasiado complicado sin añadir nuevas trabas en su contra.

La palabra cohesión parece haber sido expulsada del coloquio político pasando a ser la de la imposición por poderes la usada a raíz de estas elecciones. Es decir, que apenas hemos pasado de las urnas a la calle y del anonimato al protagonismo público y ya se están dando de bruces con la deslealtad a quienes les votaron por creerles diferentes. No podemos desaprovechar el momento para trasladar todos los programas a uno sólo, el del beneficio al ciudadano y la devolución de los derechos perdidos por la llegada de los populares a una gran parte del territorio; ahora es tiempo de acudir a la llamada del ciudadano más que nunca, hacer de la ocasión un fundamento de regeneración y renovación democrática y de limpieza política extrema. No confundamos el poder con la osadía de devolverles el guante a aquellos que nos trajeron la austeridad a nuestros hogares; sírvase el agravio hecho por el Presidente Rajoy cuando dijo que en la calle ya no se habla de paro porque el trabajo ya estaba revelando sus beneficios, ni cuando dijo hace apenas unas horas que habían ganado por mayoría de votos logrando sacar una risotada a más de uno de sus allegados compañeros de partido que con la mano puesta sobre la boca abierta vaticinaban una caída alarmante de su credibilidad ante el pueblo soberano, un gesto sin duda que se podrá ver traducido de aquí en adelante con una renovación automática de miembros del Gobierno si quieren sobrevivir a la avalancha que se les viene encima con las elecciones Generales el próximo mes de Noviembre del presente año.

Quedan cuatro años por delante para no desviarnos del compromiso adquirido en las urnas, mucho tiempo para construir un nuevo panorama social que se aleje de la penuria de nuestros hogares y no boicotee la dignidad del ciudadano. Otra oleada de defraudar la confianza dada por la sociedad en estas elecciones sería un alarmante cargamento de indignación ciudadana con resultados insospechables. Toca ponerse manos a la obra, atender la demanda ciudadana como la ocasión merece, salvaguardar los derechos de los españoles por encima de cualquier otra ideología que se precie y demostrar que los que han salido electos en estas elecciones son merecedores de la confianza depositada en ellos y no meros especuladores que se han servido de la inseguridad de los votantes bajo los efectos de la crisis; es tiempo de construir de nuevo, de limpiar de una vez por todas las élites políticas de corruptos indecentes y tapar la enorme brecha social que se nos abrió en una década de imprudencias políticas.

Son esas fuerzas emergentes que tanto han sonado durante este mes y que al final han logrado el objetivo deseado las que no pueden sentirse influenciadas por la mala política de sus hasta ahora supremos valedores del bipartidismo obsoleto; son estos líderes salidos de una manifestación indignada formada por miles de ciudadanos los que tienen que estar atentos a los problemas que se les vienen encima y que los pactos a celebrar sean consecuencia del único y exclusivo afán por traer el equilibrio social a nuestros ciudadanos sin tomar demasiado en cuestión de donde vienen o que dicen sus estatutos pues cuando la alarma social suena es causa evidente de que está pide auxilio a voces.

España no puede seguir sumando otro 30% más este año con relación al pasado de ciudadanos en el umbral de la pobreza, de los millones de parados de larga duración que esperan un golpe de auxilio que les aporte esperanza y de unos dependientes que se mueren en los brazos de sus familiares sin que la administración haga nada por impedirlo, pasando a ser una defunción más a sumar en las cuentas de la crisis.


Etiquetada en...

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.162

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.