Réquiem por un país de mentalidades estrechitas
Andan los tiempos de ahora llenos de copiones que "fusilan" el trabajo de otros sin respetar el ajeno, al que, mayormente por envidia, el mal endémico de este país, e incompetencia manifiesta tratan de emular. Andan los tiempos de ahora con más "reinos de taifas" que antes en diversos sectores de la sociedad: en el mundo empresarial, en el deportivo, en el social. Me imagino que ustedes conocen lo de "divide y vencerás". Pues, verán, ya ni siquiera es necesario fomentar esa división sino que ya surge sola. Quiero decir que los empresarios de cualquier localidad de la isla o de las islas conseguirían más si se mostraran unidos. Quiero decir que, en el mundo del deporte, por ejemplo, donde las envidias y los reproches están a pie de césped, siempre será mejor que los clubes de las distintas especialidades fueran juntos antes que cada uno por su lado. Quiero decir, también, que las asociaciones culturales, de unificarse, llegarían mejor a buen puerto. Quiero decir, por ejemplo, que una federación de grupos folklóricos accedería mejor a posibles ayudas que yendo aisladamente.
Pero los tiempos que corren son otros, donde la mezquindad y el deseo de sobresalir, a costa de hundir a los otros, pesa más que cualquier iniciativa unificadora y con objetivos comunes claros. Quiero decir que los intereses empresariales, sociales, deportivos, musicales, etc., tienen más puntos de confluencia que disparidad de criterios. Sin embargo, sucede lo que no debería ocurrir: mi parcela, mi terreno, mi barrio, mi equipo, mi grupo, mi cuerpo de baile, mi empresa, y los demás que se busquen la vida por ahí.
La conclusión es clara: mezquindad y mediocridad dominan el espacio. Tristemente son los tiempos de ahora: miseria moral, incompetencia generalizada y estupideces varias.
No hay más que mirar al lado nuestro. No hay más que ver los periódicos. Bueno, las personas que aún leen y aguantan más de 140 caracteres seguidos y no se cansan. Por ejemplo, en mi ciudad, hay una montaña desde donde se divisa buena parte del municipio. Ese es un buen punto de vista para superar miradas estrechas, localistas y pequeñas veredas mentales que nos impiden ver claramente todos los enfoques.
Si ya vivimos en una isla, ¿por qué nos "a-isla-mos" más?
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