No es de recibo que a estas alturas de la Democracia, los que han recibido la confianza ciudadana para Gobernar, hagan gala de actitudes caciquiles impropias de estos tiempos democráticos. El último ejemplo lo tenemos en Artenara, donde el grupo popular ha mostrado mezquindad política al cobrarle a NC dos veces por hacer un acto que se tuvo que suspender, la primera vez por el accidente aéreo de Sevilla. Que sabiendo los motivos, que eran los que eran para la suspensión, prime más la prepotencia que la cortesía política, retrata a los prepotentes y con ese retrato poco o más bien nada se puede esperar de los retratados.





























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