No es la primera vez, y desafortunadamente, muchos nos tememos que no será la último, que quien debe velar desde lo público por el legado cultural, es quien se lo carga. Esta vez, el drama cultural nos lo encontramos en Infecar, donde unas obras cabildicias han dado al traste con un mural que está incluido en el Catálogo de Patrimonio. En el Cabildo han optado por pasarse la pelota de la responsabilidad, lo que no quita para que los mandamases sean los responsables de este atentado cultural, unos por ignorancia, otros por no preocuparse y todos por estar más ocupados de las elecciones que de las funciones por las que aún cobran un sueldo público.






























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