Jullonas hacia Nueva Canarias
Decenios atrás se mantuvo en Gáldar una secuencia lingüística: "Si te quieres dil, dite; pero yo padil y venil no diba". Nació mucho antes de que en mi pueblo se celebrara el primer "Animal Party" y de que alguien se refiriera al "outfit" ("que es un total look de Bershka"). A la par, en el Colegio Cardenal Cisneros sonaban Byron, Keats, Shakespeare..., al igual que la lengua de la moraliana Britania máxima cuando los microbuses de Cyrasa aparcaban junto a la iglesia y los chonis preguntaban por La Guancha.
Aquel encadenamiento de palabras quería significar algo así como "Te irás, pero retornarás". Hoy, en prevísperas electorales, descubro que la sabiduría de mi gente no tuvo en cuenta una realidad: el elevadísimo tanto por ciento de profesionales políticos que se refugian en un partido tras la garantía de la nominilla mensual, aquella que encauza la estabilidad emocional.
Porque hay vividores de la política. Y muchos de los tales, ejercientes en la provincia canaria oriental, abandonan por proa, popa, babor, estribor, panas, toletes y hasta parales aquella conjunción común –Coalición Canaria- que fue esperanza, sueño, ilusión e, incluso, identificación regional.
Dirigentes de antaño son hoy esencias nuevacanarienses, y en sus manos estuvo el omnímodo poder económico. Y los grancanarios del Este y del Sur que mandaron en el Gobierno, en el Cabildo, en la Caja Insular, e incluso hasta en los sueños, volcaron miles de millones en la ínsula canariona cuyos límites geográficos estaban perfectamente marcados desde Telde hasta las costas suñeras y las entrañas de sus cumbres tirajaneras: para ellos no existía el Norte.
Y como muchos llevan años en política quieren continuar viviendo de ella, en ella. Y se van de CC porque los esperan en otra orilla con los brazos abiertos: Nueva CanariasPero la ayer CC (y hoy feudo absoluto de ATI) encalló en las arenas de intereses creados, dedismos, prepotencias, ausencias ideológicas, mezquinos comportamientos, desarretos de vacuos nacionalismos y, sobre todo, porque veinticuatro años en el poder la descompuso. Y es que las eternidades humanas -si no se administran con prudencia y sabiduría- corroen y destruyen incluso hasta las más elementales buenas intenciones de algunos creyentes en la cosa regional. Por eso hoy CC es, más que nunca, ATI.
Y si a lo anterior le añadimos que ya no hay puestos para todos y que casi todos se identificaron como medio de vida con las nominillas por muy elementales o mermadas que fueran sus capacidades, se va entendiendo la evolución casi finalizada hacia CoATIción, qué despilfarro, cuánta felonía canariona a tantos miles y miles de paisas. Porque la ayer CC es hoy hierÁTICO iceberg cuya realidad está bajo las aguas. Se expande peligrosamente y arrolla a quienes con decencia y máximo respeto siguen creyendo en nacionalismo de raigambres e ideologías, sociología del ser canario, alianzas isleñas con las miras puestas más allá de las naturales fronteras.
Canarios hubo en Tenerife –La rosa de los vientos, Gaceta del Arte, Exposición Internacional del Surrealismo, conexión directa con París...- que vieron más allá de la Playa del Salvaje y de Anaga, de las cumbres del Teide y del drago de Icod. Y canarios hay en las Islas que impusieron mesianismos y personalismos, endiosamientos y vanidades ante una sociedad que cada vez les exigía más y más seriedad en cuanto que ella misma los había puesto en el poder. Y así comienza su declive.
Que un partido partido comparta sin más con quien fuere menester por el obsesivo mantenimiento del poder da fe de una carencia absoluta, de un desprecio total, acaso hasta de aparentes mercantilizaciones ideológicas. Y que hoy CC ya no pueda pregonar apuestas programáticas y de universales sentimientos nacionales y comparta tanto con peperos (mis respetos) como con psocialistas (mis respetos) por la elemental y vacua intención de permanecer en el poder resulta, como poco, decepcionante. Y, como mucho, desgarrador, en cuanto que muestra su identidad primaria y única: no interesan las Ideas.
Solo importan la continuidad y, como se empieza a ver, la ubicación de nuevas generaciones formadas por hijos, hermanas y progenies de quienes siguen tirando el chinchorro en zonas acotadas para quienes están con ellos, participan de ellos, se implantan con ellos. La experiencia en el gobierno solo les ha servido para enrocamientos y parsimonias, para organizar la transición a gente nueva con apellidos y parentescos, no sea que se degenere el ADN del poder.
Y como muchos llevan años en política quieren continuar viviendo de ella, en ella. Y se van de CC porque los esperan en otra orilla con los brazos abiertos: Nueva Canarias, Arcadia política de varios fundadores de CC, los acoge como si de refugiados se tratara, de perseguidos políticos, de purezas y rigores. Y quizás para estas elecciones su manto fraternal y casi materno los beneficie. Acaso doblará el número de parlamentarios, alcaldes, y gobernará con pactos (quizás aliada de los psocialistas) en el Cabildo de Gran Canaria (mi respeto hacia el señor Morales). Pero corre un peligro: su ambición humana puede llevarla a su propia destrucción cuando acepta a todos y a todo.
Hoy, sin duda, NC tiene perspectivas. Pero la echarán abajo –como hicieron con CC- si no satisface ambiciones de nuevos afiliados con parentelas que solo buscan seguir junto al poder. ¡Y otra vez a empezar!...






























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