Desde luego pienso que todos tenemos claro que nada ni nadie puede sustituir una desgracia como un accidente o algo más donde podemos haber perdido algún familiar o varios pero no nos cabe duda que el buen trato y el respeto a las víctimas y sus familiares dicen mucho de las empresas y las personas que las dirigen.

Me ha llamado mucho la atención este último y desgraciado accidente en los Alpes parte de un avión de Lufthansa o su filial donde han muerto una cantidad importante de compatriotas y también de ciudadanos que de una forma u otra estaban relacionados con nuestro país bien como turistas, como residentes o simplemente de paso o por motivos de negocios.

No pude evitar que me viniese el recuerdo del accidente donde murieron un buen grupo de viajeros en Barajas muchos de ellos canarios pero compatriotas casi todos en unas circunstancias también de casi misterio a pesar de las explicaciones pocas y pobres, que nos han dado.

También me ha llamado la atención como el propio Presidente de la compañía desde un primer momento ha estado al pie del cañón facilitando información y viajando a los sitios donde estaban los familiares manifestando su dolor y el de toda la compañía atendiendo las cuestiones más urgentes. Pero ya lo más infrecuente es como apenas tres días después la compañía aseguradora da un paso al frente y sin dudas de ninguna clase ofrece las cantidades a indemnizar, salvando algún detalle específico, pero que nunca bajara de una cantidad ya marcada y que entendemos muy importante económicamente aunque repito esto no sustituye ninguna de las pérdidas sufridas por sus familiares.

Siento mucho lo ocurrido y mi pesar a los familiares por las pérdidas sufridas en tan complicado acontecimiento. No obstante, no quiero dejar de felicitar a Lufthansa y su Presidente y todo su staff así como a la empresa de seguros Alliance por sus actuaciones rápidas y seguras y cargadas de cariño hacia los familiares, todo un ejemplo para otros como nuestra gente que andan de juzgado en juzgado para reclamar unas indemnizaciones justas y no los regateos a los que están sometidos para ahorrarse pagar lo que corresponde.