Una sociedad moderna, del siglo XXI, que se aprecie, que tenga valores, no puede consentir que un político, con mando en plaza, utilice lo público para vendettas personales. Si un funcionario actúa mal, ese político es el responsable de denunciarlo, pero si es él es que es cogido en falta, tiene que actuar como todo hijo de vecino y asumir las consecuencias. Lo que nunca puede hacer es utilizar el ordeno y mando es su propio provecho, y si la sociedad lo sabe y consiente este tipo de actitudes sin pasar las correspondientes facturas, será cómplice de la degradación del sistema, con lo que todos, salimos perdiendo.




























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.120