Los reyes del mambo

Opinion

leonilocartel2015Quedé como un banco recién salido del rescate, es decir, no daba crédito. Es, si me permiten, de esas cosas que debes ver para convencerte de su existencia. Y miren que salía gozoso de ánimo tras escuchar, en la Casa Museo Pérez Galdós, la música de dos cuartetos de cuerda. Mas he aquí que acontece el particular con funesto resultado, mi gozo en un pozo, al traste con mi efervescencia anímica.

El personaje en cuestión, bien conocido en los ámbitos de la política local, volvió a ganar el favor tras haber caído en desgracia. Tras las últimas elecciones locales, logra la designación, dedocrática, de Consejero Insular no electo. Los cargos, que reservase la conocida como ley de grandes ciudades, para amistades y personas piadosas. Tanto en Ayuntamientos como en Cabildos Insulares junto a los concejales y consejeros electos, en determinados municipios e islas, el grupo de gobierno gozaba de la potestad de elegir a nuevos miembros con parecidas atribuciones a las de quienes se someten a la sanción popular mediante las urnas. Y escribo gozaba pues una sentencia del Constitucional anuló parte de la norma, en concreto la referida a tales cargos.

En algunas ocasiones se trataba de personas incluidas en una lista, que no lograban el plácet de los votos. Un medio para incrementar la nómina de personas favorecidas por su militancia política. Junto a la figura del asesor, constituyeron la legión de notables retribuciones a costa del erario público. De esta medida, por qué negarlo, se han favorecido todas las tendencias políticas llegadas al grupo de gobierno de la institución correspondiente. Así las cosas, tan bien que se las prometían, llegó el Constitucional y mandó a parar. O sea, declara inconstitucional y nulo una parte del articulado de la Ley, en concreto la relativa a la designación de miembros del grupo de gobierno de las corporaciones locales. La sentencia tiene fecha de abril de 2013, declarando la obligación de anular los nombramientos a partir de su publicación en el BOE.

Los efectos corrieron como un reguero de pólvora y, con gran dolor quizá, acabaron con tanta amistad y persona piadosa ocupando un carguito de miembro no electo en algunas corporaciones. Era un fastidio pues, no en vano, la norma la denominan para la modernización de la administración local. Qué mejor cosa que tener a los amigos en nómina para lograr el mayor grado de modernización posible. Debe ser por eso, por continuar la modernización, que en algunos casos optaron por no despedir a la persona afectada. Expresa el dicho popular, hecha la ley hecha la trampa. Vamos, no quiero decir sea una trampa lo del caso tratado. El buen señor, anteriormente Consejero no electo de Cultura, pasó a ser Coordinador de Cultura.

Seguramente, el cambio de nomenclatura no incidió en las prebendas asociadas al cargo. Me refiero, aquí el motivo de mi malhumor, a la gracia de tener vehículo oficial y chófer que te venga a recoger al final de un concierto, como sabemos está muy mal el tráfico en la ciudad. En fin, que son los reyes del mambo, o al menos han llegado a creerlo. A ver cuánto les dura.


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