![[Img #32956]](https://infonortedigital.com/upload/images/10_2025/4918_juan-ramon-hernandez-valeron.jpeg)
La frase que da título a este escrito fue atribuida erróneamente a Mafalda, el personaje creado por el dibujante argentino Quino, que desmintió siempre que él fuera el autor.
En este momento no me importa cuál fue el origen ni quién fue su autor. Doy las gracias a quien fuera porque me parece digna de enmarcar. Con ella quiero expresar mi desconcierto con la situación actual en esta aldea global en la que estamos inmersos, condenados a vivir en este planeta lleno de despropósitos que orbita alrededor del sol mientras gira sobre sí misma, motivos que explicarían la sinrazón que está provocando.
Me gustaría que me acompañaran en mi viaje imaginario por este loco mundo y que nos detuviésemos en algunos lugares brevemente para que observemos, a vista de pájaro, algunas cosas que están pasando. A lo mejor nos daríamos cuenta de que estamos disparatando a velocidad de crucero. A veces es tan acentuado que nos enteramos, por ejemplo, mucho antes de un suceso acaecido en una región remota que de uno cualquiera ocurrido en nuestra misma calle.
Voy a empezar este viaje por España, nuestro amado y sufrido país, pero de un modo más distendido, muy diferente al que he empleado en los otros artículos. Espero no hacerles enfadar. Recuerden que estamos en Navidad y que todos nos volvemos maravillosos y estupendos en estos días.
Porque no me digan ustedes que no es un tremendo disparate que el presidente del PP, el señor Feijoo (¡miren a ver si lo hacen presidente del gobierno de una vez, que a este pobre hombre le va a dar un patatús cualquier día de estos!) salga a la calle a manifestarse contra la corrupción del gobierno y del PSOE, cuando su partido está hasta el cuello de corrupción, y como ejemplo último tenemos el caso de Montoro, Ministro de Hacienda en el gobierno de Mariano Rajoy, que promete llenar páginas enteras de los periódicos y vacaciones gratis en nuestras estupendas y modélicas cárceles.
Tampoco es tan poco todo lo que rodea a Pedro Sánchez y al PSOE. Las malas compañías le traen de cabeza en los dos últimos meses, haciendo tambalear el Gobierno de Coalición al que se aferra como lapa a la roca. Ábalos, Cerdán y Koldo se han convertido en protagonistas de una serie que lleva camino de transformarse en un culebrón, pues atrae cada vez a más público que quiere ver hasta dónde es capaz de llevarlos la plataforma que ha adquirido los derechos para emitirlo, y en el que nadie se atreve a vaticinar un final, porque puede pasar de todo. Así que permanezcamos atentos a la pantalla que la cosa promete.
Nada les voy a decir todavía del señor Francisco Salazar, otro hombre de confianza de Pedro Sánchez, que está pidiendo a gritos entrar en la escena nacional. Dicen los que lo han visto ensayar en la intimidad que el muchacho promete. Anda que… das un pisotón, y salen primeras figuras por todos lados.
Si también estamos atentos, nos enteraremos de las largas vacaciones por Europa del señor Puigdemont y de sus epístolas semanales enviadas al Sr. Presidente de España, al que algunos serios disgustos le están ocasionando. Y es que ya no sabe qué prometer para hacerlo regresar a la Coalición de la que cada dos por tres se sale cual niño enfadado. No hay que olvidar que este personaje es muy voluble y se enfada con una facilidad pasmosa si no se le mima como él quisiera. A ver qué regalo le trae Pedro Sánchez en su papel de Papá Noel (lo que tenemos que hacer los padres con los hijos díscolos para mantenerlos a nuestro lado no tiene precio).
Dejando un poco de lado la política, aunque no debemos olvidar que todo lo es, ocupémonos por un segundo del último Premio Planeta celebrado recientemente en nuestro país. Los lectores en particular y el público en general, están alucinados con la concesión del premio a un autor de gran mérito y de gran prestigio como es el archiconocido escritor de superventas Juan del Val, por su gran contribución a los valores éticos y estéticos del arte de la escritura que viene a llenar, según la crítica especializada, un enorme vacío literario desde los tiempos de Cervantes.
Y todavía hay más: según fuentes cercanas al Ministerio de Cultura se está elaborando una propuesta para presentarla a la Academia Sueca en la que se propone a este insigne escritor como candidato al Premio Nobel del próximo año. Nos aseguran desde fuentes muy fidedignas que tiene muchas posibilidades de obtener el tan preciado galardón. Mientras, las ventas de su best-seller no paran de crecer, y, por lo que cuentan, están preparando con la máxima urgencia su traducción a más de cien idiomas, entre ellos el chino mandarín. Celebrémoslo todos, pues ello contribuye a dar un gran prestigio a nuestro país. Un elemento más a sumar en la “Marca España” (que no todo iba a ser deporte).
En la misma propuesta a la Academia Sueca aparece un segundo nombre, que no es otro que el de la periodista ganadora de tan preciado Premio Planeta del año pasado: Sonsoles Ónega. Su libro también se ha convertido en un superventas, hasta el punto de que se se ha hecho una serie basada en él (por si nos parecía poco presumir con lo de Juan del Val). Y es que en este país hay mucho talento.
Pero lo más de los más es nuestro Rey Emérito, que se fue a Abu Dhabi, pero regresó para volverse a ir. Parece que tiene algún dinerillo invertido allí, creemos que poca cosa, porque ha venido a nuestro país y al suyo, según él, a reclamar una pensión que le ayude a sobrellevar su maltrecha situación económica. Él, que tanto hizo por España, es el único español que no tiene una pensión, pobrecito. Él, que nos trajo la Democracia y paró el golpe de Estado, según reza en sus recientes y Reales Memorias, en las que, no sé si habla de algunos asuntillos de faldas, porque voy todavía por la página cinco y son quinientas doce (que se dice pronto), y de alguna que otra cana al aire y juegos con elefantes (un juego de tronos, por supuesto, pero a lo bestia). Todo eso, afortunadamente “no volverá a pasar”.
Y en estos momentos debo hacer un alto en la vuelta imaginaria alrededor del mundo, porque me estoy dando cuenta de que va a ser muy larga y me va a ser imposible contárselas en un solo episodio, pues veo el poco espacio que me va quedando y aún tengo bastante que decir. Y es que, por mucho que quisiera resumir, no lo voy a lograr. Y no sé si es por incapacidad manifiesta (que será lo más probable) o porque no calibré adecuadamente lo arduo de la tarea.
El caso es que no he podido o no he sabido salir de nuestro maravilloso país, de los acontecimientos más recientes que están sucediendo en él, por lo que no tendré más remedio, como les dije, que hacerlo en sucesivos capítulos. Espero que ustedes tengan la suficiente paciencia para leerlos y yo el suficiente coraje para escribirlos, y no sé si la mínima inteligencia para elaborarlos.
Decirles, antes de finalizar, que mi intención era continuar en este viaje imaginario, a vista de pájaro, con pequeñas y distendidas pinceladas, alrededor del mundo, adentrándome en primer lugar en Europa, pero creo que voy a centrar mi atención en los Estados Unidos de América y en su ínclito presidente, porque sus actuaciones, aparte de no tener desperdicios, nos influyen directamente.
¡Que los dioses nos amparen y se apiaden de nosotros, por favor, que no somos tan malos como nos pintan!
Juan Ramón Hernández Valerón.
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