El Cabildo devuelve la pelota a Guía

Paco Vega

[Img #3806]Sobre la publicación de ayer en el periódico Canarias7, día 08 de diciembre de 2025, del artículo titulado “El Cabildo devuelve a Guía la decisión sobre la planta de biogás”, y después de seis meses de batalla, quiero hacer públicas las siguientes matizaciones:

 

1.- No se trata sólo de convertir residuos agrícolas de plataneras, papayas y raquis; así como estiércol de vacuno en biogás y en compost, como dice amablemente la publicidad de la empresa, que también copia el citado artículo e incluso algunas administraciones en sus resoluciones sobre el particular. Si, el estiércol es la base fundamental de todo el proceso, sin el cual no funcionaria la planta, pero además de estiércol de vacuno la planta será también alimentada por purines de cerdo y de gallinaza (estiércol de cerdo y gallina), además de animales muertos, lodos de depuradora y otros residuos. Hay que destacar además que, estos elementos no se encuentran en el entorno cercano a la parcela en la que irá ubicada la planta, ni siquiera en los municipios próximos, al menos en las cantidades requeridas, por lo que tendrán necesariamente que importar el estiércol y restos citados de toda la isla, lo que también ha reconocido el promotor en diversas publicaciones. Es evidente por tanto que, el trasiego de camiones hasta la planta desde los más variados lugares de la isla -con su pestilente hedor- será diario, afectando a más lugares que el propio entorno de la planta. Ni que decir tiene que cualquier accidente durante estos traslados de estiércol, lodos y demás compuestos orgánicos, puede provocar una crisis sanitaria de alcance. La demanda de estiércoles y otros restos para el correcto funcionamiento de la planta, que ya anuncia futuras ampliaciones, provocará un aumento constante de estos materiales.

 

Por otra parte, el uso industrial que se pretende dar a la planta, aunque ahora se disfrace como de autoconsumo, requerirá del necesario aumento de todo tipo de restos y lodos de depuradora, cuyo compost es incompatible con la agricultura por su alto contenido en metales pesados y otros químicos.

 

2.- Cabe decir además que, esta NO es una actividad ordinaria ni complementaria de la agricultura, aunque incorpore elementos cuyo origen es eminentemente agrícola y ganadero, porque necesita procesar productos ajenos a la finca, como son los estiércoles (miles de toneladas), como quedó patente en el punto anterior; especialmente en ampliaciones futuras como queda reflejado en el proyecto. Un agricultor gestiona los estiércoles que genera su propia explotación ganadera (actividad ordinaria) o la de su entorno inmediato en una escala limitada (complementaria). Procesar grandes volúmenes de terceros es una actividad de gestión de residuos industrial de transformación. La mención de "miles de toneladas" y las ampliaciones futuras, como queda reflejado en el proyecto, indica una escala que requiere una planificación, infraestructura, y una gestión de riesgos ambientales (por el volumen y el transporte) típica de una instalación industrial o de tratamiento medioambiental. Es un proyecto industrial a todos los efectos, especialmente en lo referido a la generación de gas y electricidad. Otro caso sería que la planta fuese de uso doméstico, sin introducción de estiércoles externos ni venta a terceros de electricidad o gas, como pretende venderse desde el grupo promotor, pero las dimensiones y el volumen de estiércol dicen lo contrario (aunque en la recreación publicada de sus instalaciones se minimiza la repercusión sobre la parcela de la totalidad de instalaciones requeridas, ahorrándose las necesarias explanadas para la manipulación del estiércol, antes, durante y después del proceso; así como las zonas y depósitos para el correcto tratamiento de lixiviados). Todas estas instalaciones estarán expuestas al sol y al intenso viento reinante en la zona, que sorprendentemente se omite del proyecto. La realidad de los vientos de la zona la evidencia la presencia del aerogenerador de gran potencia en misma parcela en la que pretende instalarse la planta de biogás, propiedad del mismo promotor. Esto significa que el hedor generado por los materiales empleados y por la propia dinámica de la industria será desplazado irremediablemente a toda la comarca; y por lo tanto las peligrosas fugas de gas.

 

3.- El “estudio de impacto ambiental simplificado” es sin duda otra anomalía en todo este proceso plagado de irregularidades, puesto que al no requerirle el Gobierno Canario al promotor un Estudio de Impacto Ambiental Ordinario y completo, están omitiendo una valiosa herramienta para determinar los peligros de esta industria y la viabilidad de la misma, a escasos quinientos metros de la población, a 20 metros del Tanatorio Municipal, a 30 metros del Cementerio Municipal y a escasos 100 metros del antiguo Vertedero de La Atalaya, sellado hace 18 años, sobre el que la Administración tiene obligación de vigilar durante treinta años desde su sellado, por seguridad -precisamente por la más que probable acumulación de metano y otros gases en su interior- y que evidentemente multiplica los riesgos con la futura planta de biogás . El citado vertedero tampoco aparece en el proyecto.

 

4- Al tratarse de un proyecto industrial, por mucho que intenten disimularlo, no hay economía circular que valga, sobre todo teniendo en cuenta la procedencia de la mayor parte de los estiércoles y residuos a tratar.

 

5.- Todas las anomalías relatadas y otras muchas que aquí no se incorporan para no hacer muy extenso el presente texto, tendrían que haber disparado las alarmas del Ayuntamiento, que firmó en barbecho lo que le puso por delante el Grupo Félix Santiago Melián, con foto y comunicado oficial incluido para “celebrar” el despropósito, nada más tomar posesión del cargo tras la Moción de Censura de 2024.

 

Sin embargo han tenido que ser los vecinos los que han levantado la voz para denunciar este latrocinio a la salud y la seguridad de las personas, con no pocos engaños y requiebros por parte del Ayuntamiento, en lugar de hacerlo sus representantes municipales que para eso están, para velar por la seguridad, la salud y el interés general de los habitantes del municipio. Han tenido que ser los vecinos organizados los que han tenido documentarse para luchar contra la empresa agresora. Hemos tenido que sufrir también a un Ayuntamiento consentidor y otro cómplice son su silencio (el de Gáldar, cuyos vecinos se verán igualmente afectados). El Gobierno Canario por su parte, rebaja incomprensiblemente los requisitos para la instalación de esta planta, cuando es de sobra conocido que, en la España peninsular llevan años causando serios problemas a los vecinos que residen a más de dos kilómetros de distancia de las diferentes plantas, cuando aquí se pretende instalar a menos de 500 metros. Rebajar el requisito de impacto ambiental a una planta productora del peligroso gas metano, abundantes lixiviados, así como los desagradables olores, es cuando menos una temeridad gubernativa.

 

El Grupo Félix Santiago Melián no ha tenido escrúpulos en proyectar este peligroso engendro industrial en las inmediaciones de la población, lo que arruinará sin duda la vida de todos los habitantes de la comarca, incluidos los negocios y empresas de la zona. La consecución de la jugosa subvención de la Unión Europea por parte de la empresa no ayuda precisamente a pensar en los vecinos que van a sufrir las consecuencias. Otra cosa que habría que revisar es la “alegría” con la que se conceden este tipo de subvenciones a empresas que ponen por encima de todo su interés económico, sin respetar el daño que ocasionan a la población y sus negocios.

 

Por cierto, no hemos leído ni escuchado pronunciarse a la Universidad Fernando Pessoa, cuyo aulario se encuentra a escasos dos kilómetros de la futura planta, tan imbricada en otros temas de la comarca. Quizás su Facultad de Medicina y profesores tendrían algo que opinar al respecto, especialmente si tenemos en cuenta los gases dañinos producidos por la planta y a los que va estar sometida la población en general y su alumnado en particular: dióxido de carbono, metano, amoniaco y sulfuro de hidrógeno.

 

Los Centros de Salud de Guía y Gáldar también guardan un sorprendente silencio. No hay recomendaciones para la salud, con lo que hemos vivido en los años precedentes con la pandemia. El problema es muy serio y a todos nos afecta por igual. No creo que sea el momento de guardar silencio, especialmente si se tienen responsabilidades políticas, médicas o docentes.

 

 

Paco Vega

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