La apuesta por la desilusión

Esteban G. Santana Cabrera

[Img #5326]La proliferación de casas de apuestas en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, y especialmente en barrios como Tamaraceite, ha generado una creciente preocupación entre los vecinos. En un área tan reducida, donde se agrupan cinco casas de apuestas en tan solo 1 km cuadrado, la presencia de estos establecimientos se ha convertido en un fenómeno alarmante, sobre todo porque se encuentra en un entorno cercano a varios centros educativos, tres colegios de primaria y dos institutos de secundaria. Esta situación no solo plantea un riesgo para los jóvenes, sino que refleja una falta de valores y de una planificación urbana que proteja a los más jóvenes.

 

El acceso fácil y rápido a estas casas de apuestas, lo llamativo de sus locales y la influencia de las redes sociales, tiene repercusiones negativas en la juventud. La normalización del juego como una vía para obtener dinero o éxito rápido crea expectativas poco reales en los jóvenes, que en su mayoría aún están en proceso de formación tanto en términos emocionales como sociales. Continuamente están siendo asediados por las redes sociales por el mínimo esfuerzo y la inmediatez de la información y de conseguir logros para alcanzar la estabilidad. Por ello, los jóvenes se ven tentados a participar en actividades de apuestas sin tener conciencia plena de sus consecuencias. En este contexto, la desmotivación y la falta de modelos positivos a seguir contribuyen a que muchos se sientan atraídos por estas opciones como válvula de escape.

 

Una de las consecuencias más visibles de la proliferación de estas casas de apuestas en barrios con una alta concentración de jóvenes es el aumento de casos de acoso y violencia. En muchos casos, los chicos y chicas que se ven atrapados en la dinámica del juego empiezan a enfrentar problemas económicos, que pueden desencadenar conductas de desesperación, irritabilidad y, en algunos casos, actitudes agresivas. Los adolescentes que desarrollan problemas con las apuestas pueden sentirse presionados por sus compañeros, lo que alimenta aún más un círculo vicioso de comportamientos hostiles. Este ambiente también puede aumentar el acoso escolar, especialmente en aquellos que se ven incapaces de cumplir con las expectativas sociales, ya que el fracaso en las apuestas puede generar vergüenza y rechazo.

 

El fenómeno también está relacionado con una creciente sensación de desilusión y falta de esperanza en el futuro, especialmente entre los jóvenes de barrios marginales o en zonas con pocas alternativas de desarrollo económico. En lugar de buscar caminos formativos o laborales que les permitan progresar, muchos optan por el atajo de las apuestas, que a menudo solo les lleva a una espiral de deudas y frustración. Esto también refleja una ausencia de valores en la sociedad, donde las grandes empresas de apuestas, a menudo con fines puramente lucrativos, se instalan en áreas vulnerables sin ofrecer ninguna clase de apoyo o educación en torno a los riesgos asociados con el juego.

 

Es fundamental que las instituciones públicas y privadas actúen de manera conjunta para regular la proliferación de casas de apuestas en zonas residenciales y cercanas a centros educativos. Es necesario reforzar la educación sobre el juego responsable desde edades tempranas y crear alternativas atractivas para los jóvenes, como programas de deporte, arte y emprendimiento, que les permitan encontrar caminos alternativos para canalizar sus energías y aspiraciones. Asimismo, los dirigentes políticos deben poner especial atención en los barrios más vulnerables, impulsando la creación de espacios seguros y saludables para la juventud.

 

Como conclusión, la proliferación de casas de apuestas en barrios como Tamaraceite es una manifestación clara de la falta de valores y la ausencia de políticas efectivas para proteger a los jóvenes. Esta situación requiere de una reflexión colectiva y un compromiso por parte de la sociedad para crear un entorno más seguro y saludable para nuestros más pequeños, donde los valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo y la educación sean los pilares fundamentales sobre los que se construya el futuro.

Esteban Gabriel Santana Cabrera 

Maestro de Primaria 

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