Un libro en cada mano, un horizonte en cada mente

Antes que alcalde, soy maestro. Y aunque ahora mis herramientas de trabajo sean los expedientes y las reuniones, nunca dejo de ver el mundo a través de los ojos del docente. Lo he visto en las aulas y lo veo ahora en la calle: la educación es la base de todo, y la lectura es el cimiento sobre el que se construye esa educación.

Hoy quiero hablarles de algo que va más allá del entretenimiento. Quiero hablarles del hábito de leer como una necesidad vital, como una herramienta de construcción masiva de ciudadanos libres, críticos y felices.

La lectura: El gimnasio del pensamiento crítico

Un libro es una ventana abierta a otras vidas, a otros mundos y a otras formas de pensar.

• Empatía: Cuando leemos, nos ponemos en la piel del otro. Entendemos sufrimientos y alegrías ajenas. Eso nos hace mejores personas, más compasivos y tolerantes.
• Salud Mental: En un mundo de ruido y pantallas rápidas, la lectura nos obliga a la pausa, a la concentración y a la calma. Es un refugio para la mente.
• Libertad: Un ciudadano que lee es un ciudadano que tiene criterio propio, que no se deja manipular fácilmente. La lectura es la herramienta más poderosa contra la desinformación. 

Arucas: Sacando la cultura a la calle 

Con esta convicción de maestro, en Arucas hemos querido dar un paso más. Entendemos que la cultura no puede estar encerrada entre cuatro paredes, esperando a que la gente vaya a buscarla. La cultura debe salir al encuentro del vecino. 

Por eso, me siento especialmente orgulloso de los espacios que hemos habilitado en nuestro municipio: pequeños puntos de intercambio de libros, bibliotecas al aire libre y rincones de lectura repartidos por nuestros barrios y parques.

El objetivo es sencillo pero revolucionario: que cualquier vecino, paseando, pueda coger un libro prestado, llevárselo a casa, devorarlo y devolverlo (o dejar otro a cambio) para que la rueda siga girando. Hemos eliminado la burocracia para fomentar el acceso inmediato a la cultura. Ver a un vecino sentado en un banco de Arucas con un libro en la mano es, para mí, una de las imágenes más hermosas de progreso. 

Un sueño para Gran Canaria: Acceso universal a la lectura 

Pero mi visión no termina en las fronteras de Arucas. Creo firmemente que este modelo de "cultura de proximidad" debería ser una realidad en cada rincón de Gran Canaria.

No importa si vives en la capital o en el caserío más alejado de la cumbre; el acceso a un libro debería ser tan sencillo como el acceso al agua. Una isla que facilita la lectura es una isla que invierte en su futuro. Debemos trabajar para tejer una red insular donde la información y la literatura fluyan libremente. Imaginemos una Gran Canaria donde, en cada plaza, en cada parada de guagua o en cada centro social, haya un libro esperando ser abierto. Eso es democratizar la cultura. Eso es igualar oportunidades.

Una invitación personal 

Para terminar, déjenme quitarme la chaqueta de alcalde y volver a ponerme la de maestro un segundo. Les invito, por favor, a que lean. Lean lo que sea: novelas, poesía, prensa, ensayos... Lean con sus hijos, lean en el transporte público, lean antes de dormir. Fomentar este hábito no es solo una tarea de las escuelas o de las instituciones; es una responsabilidad de todos. Porque cada vez que abrimos un libro, no solo nos enriquecemos nosotros mismos, sino que hacemos de nuestra sociedad un lugar un poco más sabio, más justo y más humano.

¡Feliz lectura a todos y todas!

Juan Jesús Facundo Suárez