
Se acerca inevitablemente la Navidad. Sin duda, una de las épocas más mágicas del año, especialmente para los niños.
Pero también...una carrera de obstáculos, de contradicciones y de expectativas inalcanzables.
La Navidad tiene una magia innegable, sí. Luces, villancicos, música en la calle, regalos…
El ambiente que se crea en esta época parece conspirar para regalarnos momentos inolvidables.
Pero no todo es mágico. La Navidad también tiene sus sombras. Y esos momentos idílicos y de disfrute se entremezclan con listas interminables de quehaceres, compras, compromisos, lidiar con la sobre estimulación de nuestros hijos y conciliar todo esto con el resto de nuestra vida.
Hay tres situaciones claves que se repiten cada navidad.
1,- Temporada alta de amenazas y chantajes
“Como sigas así te quedas sin regalos” “Te van a traer carbón como no te portes bien” “Papá Noel sabe quien se está portando bien y quien no, tu sabrás…”
Ayyy nos encantaría no hacer uso de esas técnicas, pero es que es tan tentador (y tan efectivo)… así que más pronto que tarde terminamos cayendo.
2,- Preguntas difíciles
A determinada edad de nuestros hijos a esta carrera de obstáculos que a veces es la Navidad se suman las preguntas incómodas.
¿Cuántos de nosotros no hemos temblado al escuchar a nuestros hijos preguntar: "¿Los Reyes Magos existen?" o "¿Cómo entra Papá Noel si no tenemos chimenea?"
Quizás recordamos esas preguntas de nuestra propia infancia y la intriga que nos generaban.
La magia es preciosa, pero su gestión, a veces, nos deja sin palabras.
3,- El foco en los regalos
Sabemos que lo que recordarán nuestros hijos no serán los regalos.
Si pensamos por un momento en nuestras propias Navidades infantiles... ¿Qué imágenes nos vienen a la mente? Probablemente, los encuentros con los primos en casa de la abuela, la emoción la noche antes de la Cabalgata, las tardes decorando el árbol en familia, o esas rutas por los belenes que a nuestros padres les hacían tanta ilusión.
Recordamos experiencias, emociones, sensaciones. Esos momentos de risas, de miradas cómplices, de compartir. Lo menos que recordamos son los regalos exactos que recibimos, salvo quizás alguno muy, muy esperado.
Y es que el ambiente, el entorno, el estar juntos en esta época, ya es lo suficientemente maravilloso y asombroso, sobre todo para los ojos de un niño. Los regalos, en su esencia, son un extra que acompaña toda esa emoción. No debería ser el centro de todo.
O eso nos gustaría.
Esta es la realidad de cada Navidad...
Una vez más, nos encontramos con el caos de las compras, la presión, los conflictos entre hermanos, el estrés por tener todo listo a tiempo y el temor de que no cumplamos con las expectativas de nuestros hijos (vamos, que no le gusten los regalos, o que le parezcan insuficientes)
La buena noticia: no hace falta vivir la Navidad desde el agotamiento emocional.
Existen estrategias simples, realistas y respetuosas que ayudan a reducir tensiones: anticipar lo que se viene, explicar límites con coherencia, coordinar expectativas con la familia y usar la colaboración como brújula (entre otras).
Esto no va de perfección.
Va de claridad.
Va de saber qué hacer cuando las cosas se desordenan.
Una Navidad tranquila no depende del comportamiento de los niños… sino de las herramientas que tengan los adultos.
La clave no está en buscar una fórmula mágica, sino en dotarnos de herramientas claras y coherentes que nos permitan transitar estos días con seguridad y respeto. Se trata de entender que la Navidad es una oportunidad inmejorable para fortalecer los lazos, acompañar las emociones de nuestros hijos y vivir la fantasía desde un prisma consciente.
Si sientes que ha llegado el momento de liderar tu Navidad y no solo de sobrevivir a ella, de equiparte con estrategias que realmente funcionan y te dan paz mental, el primer paso es buscar esas estrategias que te guíen en el camino.
La buena noticia es que esas estrategias ya existen y están a tu alcance.
Para profundizar en cómo aplicar estas claves y transformar tu experiencia familiar navideña, he recopilado mi conocimiento y las herramientas más efectivas en un recurso práctico. En él, encontrarás las claves y herramientas concretas para anticipar tensiones, gestionar las preguntas difíciles con coherencia y redefinir el verdadero foco de estas fiestas. Un paso a paso diseñado para padres/madres conscientes como tú.
Encuentra aquí tu hoja de ruta para una Navidad consciente y sin estrés
¡Felices fiestas, imperfectas y reales, como la vida misma!
Haridian Suárez
Trabajadora social y Educadora de Disciplina Positiva (@criarconemocion)
































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