Transformación. Juan FERRERA GILDesconocemos si el proceso que sufre el jefe y ansioso representante de la oposición al gobierno central, “causa de tanto mal que hace daño a esta España nuestra”, se debe o no a aquella intervención oftalmológica que evitó para siempre las gafas: su expresión ha cambiado radicalmente y, como ya no se peina mucho, su cuero cabelludo parece convertirse en un elemento más de mujer mayor; con todos los respetos del mundo mundial hacia las personas con cierta edad.
A estas alturas de la película no sabemos si su origen está en tanta trola que sale de su desmadrada boca o en las mentiras prefabricadas al milímetro para que en el conjunto todo queden dibujadas como posverdad. Son tantas las ansias de poder que andan continuamente enfadados (Tellado o Cuca Gamarra), que reproducen el argumentario falso y tendencioso que algunos muchos quieren oír. Ya se sabe que la posverdad, es decir, la mentira, repetida una y mil veces, es su única seña de identidad.
¡Menos lobos!
Sabemos que lo verdadero y cierto admite todas las lecturas posibles: desde ser un malversador confeso a un empresario sin escrúpulos; con respeto, eso sí, a los empresarios que verdaderamente curran en el mundo mundial. Y que son unos cuantos muchos. Lo significativo es sembrar dudas y mentiras y acusar al otro de actitudes más o menos “extrañas”. Y así nos va. Desde que este hombre se ha transformado ya no sabemos si sube o baja las escaleras: actitud vital que ensombrece su relación con los demás. Lo relevante es hacer daño y arañar votos, para que no se note tanto su dependencia de la extrema derecha. De eso se trata: de lograr el poder por el medio que sea; como si realmente fueran a solucionar los problemas del país. Como mucho los empantanarán mientras diversifican y abandonan lo poco que queda de lo público. Al tiempo: “hacemos lo que podemos y el estrecho margen de las actuales leyes”, parecen decir “los ansiosos opositores”. Desde que el cambio del jefe de la oposición se ha verificado ya no hay quien lo entienda. Aunque creemos que todo venía de antes.
Para mí que se comportaba de otra manera cuando tenía gafas. Ya ven: todo es un problema de visión.
¡¡Ustedes ya me entienden, ¿no?!!
Juan FERRERA GIL





























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