Rita Hernández, técnica superior en dietética y Máster en Nutrición Deportiva y Clínica del Hospital Universitario Vithas Las Palmas.Canarias, seguida de Murcia, Baleares y Comunidad Valenciana, es la región en la que más se practican
A la hora de afrontar una dieta, es fácil elegir la vía rápida para perder peso, optando por una de las populares dietas milagro, que en las redes sociales cuentan con un peligroso aliado para llegar incluso a los más jóvenes. A esto se suma el uso de laxantes, diuréticos o pastillas adelgazantes no recetadas por profesionales.
Dieta de la piña, de la alcachofa, del puré de apio, la dieta Dunkan (proteínas), Atkins (carbohidratos), cetogénica (grasas) o algunas tan peligrosas como la recientemente viral dieta de las princesas Disney, que asocia cada día de la semana con una de ellas, lo que junto al hecho de presentarse como un juego atrae a muchas niñas y adolescentes.
Se trata de regímenes que prometen una rápida pérdida de peso sin apenas esfuerzo, centrándose en un solo alimento o grupo alimentario. “Una buena alimentación no puede centrarse en uno o dos alimentos, no hay ninguno que contenga todos los nutrientes para suministrar al organismo lo que necesita”, explica Rita Hernández, técnica superior en dietética y Máster en Nutrición Deportiva y Clínica del Hospital Universitario Vithas Las Palmas.
Y tampoco son efectivas, asegura Hernández. Entre el 85% y el 90% de las personas que han perdido peso gracias a estas dietas, lo recuperan al año e incluso ganan algunos kilos más por el efecto rebote, según el informe “Estrategias Rápidas de Pérdida de Peso en la Población Española”, elaborado desde la Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética. Por regiones, las que más practican las dietas milagro, según el estudio, son Canarias, con un 64%, Murcia (62%), Baleares (61%) y Comunidad Valenciana (60%).
Lo cierto es que no hay atajos para bajar peso de forma saludable y que tal reducción se sostenga en el tiempo. Sólo funciona una combinación de ejercicio físico y alimentación equilibrada pautada por profesionales de forma individualizada según las necesidades de cada persona, su gasto calórico, forma de vida y objetivos, asegura la técnica superior en dietética.
Para ello, antes de nada “hay que observar en una analítica no haya ningún parámetro fuera de rango y luego pautar una dieta lo más completa posible”, continúa Hernández.
Algunas de las consecuencias a corto plazo de estas dietas milagro pueden incluir cefaleas, mareos, estreñimiento o irritabilidad. Con el tiempo, también pueden derivar en daños graves como cardiovasculares, hepáticos o renales, que incluso pueden llegar a ser mortales, sin contar con los trastornos alimentarios que pueden acarrear, concluye la técnica superior en dietética y Máster en Nutrición Deportiva y Clínica





























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