Ventana folclórica, hoy con los cuchilleros García Déniz (vídeo)

La familia García Déniz representa cinco generaciones dedicadas a la cuchillería tradicional, manteniendo vivo un arte que es símbolo de identidad y patrimonio en el norte de Gran Canaria.

Moisés Rodríguez Gutiérrez Jueves, 27 de Noviembre de 2025 Tiempo de lectura:

Gáldar y su comarca han sido, durante generaciones, uno de los principales focos artesanales de la cuchillería tradicional en Gran Canaria. En sus barrios y medianías, el oficio del herrero y cuchillero formó parte esencial de la vida cotidiana, estrechamente unido al trabajo agrícola y ganadero que caracterizó a estas tierras. En talleres modestos, alimentados por fraguas de carbón y por la destreza de manos expertas, se forjaron herramientas indispensables para el campo, así como piezas únicas que hoy forman parte del patrimonio cultural de la isla.

 

Entre estas piezas destaca el cuchillo canario, una auténtica obra de artesanía cuyo origen y perfeccionamiento han estado profundamente vinculados al norte de Gran Canaria. Su elaboración combina hierro trabajado al fuego con mangos decorados mediante incrustaciones de materiales nobles como hueso, cuerno, madera o latón, siguiendo técnicas transmitidas de padres a hijos. Este cuchillo, símbolo de identidad y orgullo insular, refleja la maestría de los artesanos galdenses y su capacidad para transformar un instrumento de trabajo en una pieza de gran valor artístico.

 

Gáldar ha albergado a lo largo de los años a algunas de las familias más emblemáticas del oficio, cuyos talleres, muchos de ellos situados en zonas como el Barranco de La Sabina en Barrial, han mantenido viva una tradición que resiste al paso del tiempo. Gracias a este esfuerzo continuado, la cuchillería galdense sigue siendo un referente en la isla y un testimonio vivo del ingenio, la dedicación y la herencia cultural del norte grancanario.

 

Los hermanos Juan, Francisco, Andrés, Antonio y Manolo García Déniz nacieron en Guía, todos de vocación herreros. Su padre, Juan García, comenzó la herrería y cuchillería en Palma de Rojas a finales del siglo XIX. Antonio pertenece a la 3ª generación y comenzó a trabajar con su padre a la edad de 10 años. Salían él y sus hermanos del colegio y aprendían el oficio hasta que dejó los estudios y se dedicó al negocio familiar allá por 1947. Antonio tuvo talleres en distintos puntos de la isla: primero en Juncalillo, junto a su hermano Juan; después en Guía, en Piedra Molino, donde conoció a su esposa, Olga Medina, que tantas veces lo acompañó junto a la forja. Hace muchos años se trasladó a Barrial e instaló allí su taller, en un humilde cuarto donde crecieron sus hijos y donde el proceso de elaboración del cuchillo se completa de principio a fin. Las tres generaciones se sientan para recordar cómo les ha cambiado la vida en un entorno entrañable donde el tiempo parece detenido. Los atarecos que los rodean vienen a ser los mismos que ya usaban sus antepasados.

 

 

Sus hijos Jesús y Carlos García Medina decidieron continuar la tradición, convirtiéndose así en la 4ª generación y heredando el taller. Desde temprana edad, al igual que su padre Antonio, con 10 años ya vendían los cuchillos canarios. Jesús se independizó laboralmente y Carlos siguió en Barrial, participando en ferias artesanales locales, regionales e insulares. Carlos García creció en el Barrial de Gáldar, donde llegó cuando tenía 5 años. De niño aprendió algunas técnicas de la mano de su padre, pero no fue hasta la adolescencia cuando empezó a trabajar de lleno en el taller. Recuerda “que se le coge cariño a la profesión”. Para poder vivir de la artesanía, él y su hermano Jesús han tenido que innovar y adaptarse. Sus cuchillos se venden en todas las islas y siguen fabricándose de la manera más tradicional.

 

La herrería es labor de grandes artesanos que, con esfuerzo y sudor, forjan el hierro para obtener los más variados instrumentos de trabajo, entre ellos el más conocido y admirado: el cuchillo canario, una pieza destacada del arte popular canario. No solo la forja se utiliza para elaborar estas obras; estos herreros utilizan materiales como acero, cuerno, latón, madera, marfil, hueso o alpaca, e incluso oro y plata. Los verdaderos cuchillos canarios están elaborados con materiales naturales, como los de nuestros viejos herreros de Barrial. Un cuchillo canario de calidad extraordinaria puede tardar entre 10 y 12 horas en elaborarse, nos cuentan Antonio y Carlos con orgullo.

 

En junio de 2016, el Ayuntamiento en Pleno aprobó la distinción de Pintadera de Oro de la Ciudad de Gáldar a Antonio García Déniz, donde resaltaba que sus cinco nietos estaba sus mejores premios.

 

El nueve de marzo del año 2017 Antoñito fallecía, dejando el legado en buenas manos, puesto que, aún le queda mucho camino a la herrería de la familia García, pues la 5ª generación continúa el oficio con el mismo buen hacer, orgullo y tradición familiar y artesana. Su pequeño taller del Barranco de La Sabina, uno de los pocos que aún existen en Canarias, sigue manteniendo vivo un arte que ha cambiado muy poco con el tiempo, aunque lo que lo rodea sí ha cambiado, algunas cosas para bien y otras para mal. Antes, en el taller se hacía de todo: no solo cuchillos, sino también herramientas de labranza como sachos, arados, rejas, carretas y herraduras.

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