En lo que llevamos de año, 39 mujeres han perdido la vida por violencia de género.

39 nombres de mujeres, con sus historias, con sus vidas, con sus sueños rotos por la brutalidad del machismo.

Mientras ellas mueren, avanza el negacionismo de la violencia de género. El patriarcado violento mueve ficha, y prueba de ello es la imagen del marichulo fascista, puro en boca, con la bandera franquista, agrediendo sexualmente a mujeres, ante cámaras de televisión, sin que le pase nada. Ni detenido ni condenado.

Cientos de denuncias de mujeres agredidas que se pierden en el laberinto de una justicia ciega ante la violencia de género.

Parece que el camino en vez de avanzar se desanda porque el machismo ya no se esconde, golpea con contundencia y se cree más poderoso que nunca, pero están equivocados.

Y lo están porque "no pasarán”, porque se recibe cada golpe para seguir en pie, con más fuerza, con más ganas, sabiendo que ya no hay marcha atrás.

La mitad del cielo, la mitad del mundo con nombre de mujer, no se rinde, no se esconde, y lucha por lo que le pertenece.

Porque ya no nos callan, porque ya no nos humillan, porque alzamos la voz para decir que "no pasarán”, y que seguimos fuertes y unidas contra la violencia de género.