Pino Sosa y la memoria democrática, un acto de justicia

Abraham Ramos Viera

[Img #17347]Hablar de Pino Sosa es rendir homenaje a una vida dedicada a sanar las heridas del pasado. Desde su labor al frente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas, ha demostrado que la búsqueda de los desaparecidos del franquismo no es solo un acto personal, sino una responsabilidad colectiva. En un país que aún lucha por reconciliarse con su historia, Pino nos enseña que la memoria no es un lujo, sino una necesidad.

 

Su historia comienza en el dolor: su padre fue asesinado por el régimen franquista cuando ella era apenas un bebé. Décadas después, lideró la recuperación de sus restos y los de otras víctimas del Pozo de Tenoya, devolviendo dignidad a familias marcadas por el silencio y el olvido. Este acto de amor y justicia trascendió lo personal para convertirse en un símbolo de resistencia y reconciliación.

 

Ver el documental Los Pozos del Olvido, que recoge esta lucha, fue para mí una experiencia profundamente transformadora. Es una obra que no solo emociona, sino que educa, y considero que debería formar parte de nuestro patrimonio pedagógico. Las nuevas generaciones necesitan conocer este capítulo oscuro de nuestra historia, no para revivir el odio, sino para entender la magnitud de lo que ocurrió y garantizar que nunca vuelva a repetirse.

 

La memoria democrática es esencial porque no busca reabrir heridas, sino sanarlas con empatía. Comprender el horror de aquella barbarie nos permite ofrecer dignidad a las víctimas y sus familias, al mismo tiempo que fortalece los valores de justicia y humanidad en nuestra sociedad. No se trata de mirar al pasado con rencor, sino de aprender de él para construir un futuro más consciente y solidario.

 

Pino Sosa, con su ejemplo, nos recuerda que enfrentarnos a las sombras de nuestra historia es el único camino para iluminarlas. No solo es un acto de justicia para quienes sufrieron, sino un mensaje para todos nosotros: la memoria es una herramienta para sanar, educar y avanzar. Su trabajo debe inspirarnos a mantener vivo el compromiso con la verdad, la dignidad y la reconciliación.

 

En un momento en el que se hace más necesario que nunca reflexionar sobre nuestra historia, el mensaje de Pino Sosa nos interpela como sociedad. Su lucha es un ejemplo de cómo el amor y la perseverancia pueden transformar el dolor en esperanza y las heridas en aprendizaje para que nunca más el silencio sea cómplice del olvido.

 

Abraham Ramos Viera

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