Patrimonio Cultural

El Gobierno interviene seis unidades funerarias de la necrópolis indígena de Ayraga

El arqueólogo Pedro Sosa estudia la evolución de las prácticas funerarias de la sociedad aborigen del norte de Gran Canaria

Redacción Viernes, 21 de Noviembre de 2025 Tiempo de lectura:
Imagen de la excavaciónImagen de la excavación

La necrópolis de Ayraga, en Santa María de Guía, es un yacimiento arqueológico excepcional dentro del contexto funerario indígena de Gran Canaria. La variedad tipológica de las manifestaciones sepulcrales, con más de cuarenta enterramientos en cuevas, abrigos, galgares y túmulos, supone una oportunidad única para estudiar la evolución de las prácticas sepulcrales prehispánicas del norte de la isla, motivo por el que la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural interviene en seis de estas unidades funerarias.

 

En esta primera fase de la excavación arqueológica se ha documentado una media de siete individuos por tumba, pero a medida que se desarrollen los estudios bioantropológicos se podrá afirmar con exactitud, no solamente el número de personas enterradas en estos espacios sino también se podrán obtener datos relacionados con el sexo, la edad, las patologías, la dieta o las prácticas rituales asociadas a la tumba, entre otra información de interés. Además de los restos óseos humanos, se han recuperado vestigios de cerámica, malacofauna y fauna como cabra y oveja.

 

Las primeras hipótesis apuntan a que esta necrópolis con 46 tumbas funcionaba como “los cementerios actuales”, sostiene Pedro Sosa, director de este estudio científico. “En un mismo nicho se encuentran restos de varios individuos que pueden estar emparentados o no” porque “se reaprovecha el espacio adaptándose a las condiciones topográficas del terreno”.

 

Tipologías funerarias

 

Aunque es habitual la reutilización de tumbas en la época prehispánica, este proyecto tiene como objetivo estudiar la coexistencia de diversas tipologías sepulcrales dentro de un mismo cementerio porque en el caso de la necrópolis de Ayraga no se trata exclusivamente de un “cementerio de cuevas funerarias” ya que además de “enterramientos en cavidades y abrigos también hay pequeños túmulos y estructuras de galgares”, explica Sosa. Este contexto tan peculiar “plantea un cambio en la forma de entender la muerte y el ritual funerario a lo largo del tiempo”, sugiere el director de la investigación.

 

“La sociedad amazige que llegó a la isla a principios de la era común no es la misma que la del siglo XV porque durante 1.500 años la sociedad ha evolucionado y se ha adaptado a las condiciones del territorio”, asegura Sosa. Por este motivo, los resultados de las dataciones de Carbono 14 son fundamentales para determinar si las distintas formas de enterramiento son “coetáneas o si responden a una evolución cronológica en las prácticas funerarias aborígenes”.

 

Para Miguel Ángel Clavijo, director general de Cultura y Patrimonio Cultural, el Proyecto Ayraga “se enmarca en una estrategia integral de estudio, documentación y protección del patrimonio arqueológico del archipiélago” para fomentar “la investigación académica rigurosa, la gestión patrimonial sostenible y la divulgación cultural en el ámbito local y regional”, declara. Además, el impulso de “nuevas líneas de investigación sobre el pasado prehispánico de las islas es una de las apuestas del Gobierno de Canarias”, subraya.

 

Esta investigación, con aval de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), está dirigida por el Doctor en Arqueología y Prehistoria Pedro Sosa junto a un equipo multidisciplinar de profesionales con experiencia en arqueología funeraria, trabajos verticales aplicados al patrimonio y bioantropología formado por Agnès Louart, Fernando Lorenzo y Gabriel de Santa Ana, principalmente.

 

Vinculación con la fortaleza

 

El Proyecto Ayraga va mucho más allá del estudio de la necrópolis, puesto que en este enclave se conservan varios yacimientos arqueológicos nunca antes estudiados en profundidad. Recientemente, el Ayuntamiento de Santa María de Guía financió una intervención en la cima de este accidente geográfico donde “se documentó una fortificación indígena que destaca por la presencia de muros de grandes dimensiones y dos estructuras circulares en su interior”, indica Sosa.

 

De esta forma, el equipo multidisciplinar busca detectar “posibles correspondencias cronológicas o rituales entre el abandono de la fortificación y el uso o clausura de la necrópolis”, adelanta el director del proyecto. Los resultados de este estudio integral del conjunto arqueológico de Ayraga permitirán avanzar en la comprensión de los procesos históricos de “conflictividad, transición o reconfiguración social de la cultura aborigen canaria”, concluye Sosa.

 

Con el Proyecto Ayraga, el Gobierno de Canarias refuerza su compromiso con la investigación científica para profundizar en el conocimiento sobre la historia del archipiélago desde el rigor de la metodología arqueológica. A través de la colaboración entre instituciones públicas, se impulsa la gestión del patrimonio cultural con el objetivo de conocer, planificar, controlar y difundir el legado indígena del archipiélago.

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