
El Reiki es una práctica de origen japonés que tradicionalmente se describe como una “canalización de energía” mediante la imposición de manos (o muy cerca del cuerpo) con el objetivo de promover bienestar físico, emocional y espiritual. La idea central es que existe una “energía vital” o “energía universal” que se puede utilizar para restaurar o armonizar el organismo.
¿Qué postura tiene la OMS sobre el Reiki?
Lo que sí se puede afirmar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye, dentro de su estrategia global de medicina tradicional, la importancia de reconocer y estudiar las terapias complementarias y tradicionales en los sistemas de salud.
Algunos artículos en español afirman que “la OMS reconoce el Reiki como una práctica complementaria”. Por ejemplo:
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“De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes lo reconocen como una terapia complementaria, el Reiki se practica en 71 de los 170 países del mundo.”
También se menciona en una web especializada que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluye el Reiki como “válido para la atención a nivel comunitario”.
Lo que no se debe interpretar
No existe —que se haya podido encontrar— un comunicado oficial de la OMS dedicado específicamente a declarar que “la OMS aprueba el Reiki” o que lo reconoce formalmente como tratamiento médico. Según diversas fuentes:
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“La Organización Mundial de la Salud (OMS) no tiene una posición oficial sobre el Reiki”, al menos no una declaración formal y fácilmente localizable.
Las menciones disponibles son generales, dentro del marco de la “medicina tradicional/complementaria”, pero esto no implica una validación clínica del Reiki ni una recomendación como tratamiento primario.
Resumen de la postura
La OMS reconoce la existencia de terapias complementarias y su posible integración en sistemas de salud, pero esto no equivale a validar científicamente el Reiki como tratamiento de primera línea ni a considerarlo sustituto de la medicina convencional.
Es importante mantener esta distinción para evitar malas interpretaciones.
Evidencia científica sobre el Reiki
Lo que muestran los estudios
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Una revisión sistemática reciente (2024/2025) encontró que, en un meta-análisis de 11 estudios con 661 participantes, el Reiki mostró una mejora estadísticamente significativa en la calidad de vida en comparación con el grupo control (SMD = 0,28).
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Otros estudios sugieren que puede inducir relajación, sensación de bienestar y reducción de dolor o ansiedad.
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El National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH) afirma que “el Reiki no ha demostrado claramente su eficacia para ningún propósito de salud”.
Limitaciones y matices
Muchos estudios tienen muestras pequeñas, problemas metodológicos, ausencia de doble ciego y protocolos heterogéneos.
La revisión de Cochrane sobre Reiki para ansiedad y depresión concluye que “no hay evidencia suficiente para determinar si el Reiki es útil o no en personas mayores de 16 años con ansiedad o depresión”.
En cuanto a mecanismos de acción, la ciencia biomédica no ha confirmado cómo funcionaría la energía que el Reiki afirma manipular, lo que genera escepticismo.
En qué contextos podría considerarse
El Reiki podría usarse como terapia complementaria, no sustitutiva, en:
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cuidados paliativos,
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manejo del estrés,
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apoyo emocional,
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acompañamiento del tratamiento convencional.
Siempre debe integrarse de forma crítica, con el paciente informado y sin reemplazar tratamientos médicos, especialmente en enfermedades graves.
Recomendaciones prácticas
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Asegurarse de que el profesional tenga formación adecuada.
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No sustituir tratamientos médicos por Reiki.
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Consultar con un profesional sanitario antes de incorporarlo, especialmente si hay tratamientos farmacológicos o enfermedades graves.
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Mantener expectativas realistas: los efectos no están garantizados y la evidencia aún es limitada.
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Ser cauteloso con afirmaciones como “cura todo”, “reemplaza la medicina” o “está reconocido por la OMS” sin matices.
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Verificar siempre fuentes independientes, ya que algunas webs promocionales pueden exagerar la aceptación institucional del Reiki.
Conclusión
El Reiki es una terapia complementaria con apoyo anecdótico y algunos estudios preliminares que sugieren beneficios en bienestar, relajación, calidad de vida, estrés o ansiedad. Sin embargo, la evidencia científica todavía no es sólida para considerarlo un tratamiento médico por sí mismo o para enfermedades graves.
La OMS no ha emitido una aprobación formal general del Reiki como tratamiento de primera línea, aunque sí reconoce el papel de las terapias tradicionales/complementarias en los sistemas de salud.
Puede considerarse como opción complementaria, nunca sustitutiva, y siempre con precaución y sentido crítico.
Salvador Suárez



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