Cuatro errores garrafales de Alberto Núñez Feijoo

Domingo Sanz

[Img #3580]“A toro pasado…” se dice, pero estamos hablando de política y el protagonista solo gana si acierta con la decisión correcta.

 

El resto somos testigos del espectáculo y cuando opinamos a “toro pasado” debemos tener en cuenta el contexto.

 

De los cuatro errores garrafales que digo, el primero y quizás más grave fue no presentarse para presidir el PP en 2018 tras la salida de un Rajoy derrotado por Sánchez en el Congreso.

 

¿Resulta creíble que alguien como don Alberto le concediera a Pablo Casado categoría bastante como para reconquistar la presidencia del Gobierno?

 

O Feijoo creía en Casado, craso error certificado por los peores resultados en las urnas, o no creía, y entonces Feijoo demostró ser un mal calculador, pues no tuvo en cuenta que en 2019 sí podría haber llegado a La Moncloa: Sánchez había ganado las primarias del PSOE un año antes pero su partido estaba más dividido y él era mucho menos líder que ahora.  

 

O quizás Feijoo también fue cobarde y pensó que no le interesaba competir cuando su partido ya no era tan hegemónico en la derecha de todo el Estado como sí lo seguía siendo en Galicia y hasta es probable que hoy, para no autoflagelarse, ni siquiera recuerde a un tal Rivera. Aunque tampoco supo intuir la llegada del peligroso Abascal, que no para de subir en las encuestas.

 

Y hasta me cabe que Feijoo pensara que sí lideraba el PP en 2018 podría ganar las elecciones en 2019, lo que le obligaría a enfrentarse a un Proces todavía caliente y quizás prefirió que fuera Sánchez quien se desgastara con lo de la unidad de España. No me extrañaría que Rajoy fuera quien aconsejara tal cosa a su paisano, pues era lo coherente con no hacer nada para conseguir que el PP siguiera en La Moncloa ante la censura de Sánchez y, a fin de cuentas, Casado no era tan gallego.

 

En cambio, en 2022 la situación en Catalunya era muy distinta y, tras unas elecciones generales de 2023 que Feijoo no deja de repetir que ganó como terapia para curar la insuperable frustración por no gobernar, el del PP cometió el segundo error: implicar a La Zarzuela en la investidura fallida sin los votos suficientes para ganarla.

 

Son tan malos los pensamientos que me vienen sobre la conversación condenada al fracaso que ambos personajes debieron mantener cuando les tocó coincidir durante la ronda de consultas que prefiero no seguir por este derrotero. Sí me imagino, en cambio, a un Feijoo queriendo hacerse el importante ante los suyos mientras soñaba que esa reunión, tan “Real” como inútil en 2023, se estaba produciendo en 2019 y con él de ganador por mayoría absoluta, pues nunca habría dejado el liderazgo del PP a alguien como Casado que, por cierto, a quien se le ocurre presumir de un máster universitario en “Harvard”, pero cursado durante cuatro días en Aravaca, para después meterse con un hermano tan blindado como el de la mandamás madrileña.

 

Nosotros también, como Roy Batty, estamos “viendo cosas que no creeríamos” y mira que nos lo empezaron a advertir en las mejores pantallas desde el año de la primera victoria electoral de Felipe González. Se ve que los “jarrones chinos” no son los únicos a los que se les “va la olla”.

 

El tercer error garrafal y que quizás sea el que termine obligándole a regresar a Galicia ha sido el de mantener la confianza en Mazón durante un año, aunque cuando usted lea esto puede que haya dimitido, momento a partir del cual Feijoo no podrá soportar ni un solo encuentro con periodistas de los de verdad sin ponerse a temblar. El aún presidente valenciano es una persona despreciable que sabe demasiado y, por tanto, Feijoo no se ha dado cuenta de que ha vinculado su futuro al de alguien que no tiene ninguno.

 

El cuarto y más reciente error garrafal de Feijoo ha sido la ocurrencia de someter a Pedro Sánchez a un tercer grado en el Senado sin percatarse de una derivada que se iba a producir porque ha sucedido. Tras contemplar el interrogatorio ha habido abuelos que hemos llamado a nuestros nietos para que pongan la tele y puedan ver lo más parecido, sin violencia física, a los interrogatorios que los policías de la dictadura practicaban contra quienes luchábamos por la democracia. Hay momentos en lo del Senado en los que parece que solo la distancia entre el escaño y la mesa salvan a Sánchez de recibir golpes como los que aquellos policías propinaban a los antifranquistas.

 

Pero busquemos pruebas reales de los resultados conseguidos por el peor oportunismo que se les podía ocurrir a los del PP, pues trataban de ayudar a Mazón tapando el rechazo que las víctimas volvieron a demostrar contra él, esta vez en el funeral de Estado al que, por cierto, también acudió Feijoo.

 

He acudido a Google y, a las 16:50 del día 1 de noviembre de 2025, los resultados que ha proporcionado para los siguientes textos han sido los siguientes:

   

TEXTO BUSCADO

RESULTADOS GOOGLE

Pedro Sánchez

130.000.000

Las gafas de Pedro Sánchez

24.000.000

Pedro Sánchez Senado Koldo

5.940.000

Núñez Feijóo

2.550.000

Núñez Feijoo

1.140.000

Alejo Miranda de Larra

1.750.000

Ángel Pelayo Gordillo

965.000

 

Las dos búsquedas del líder del PP se diferencian por el acento, o no, en su segundo apellido, por lo que no me parece mal sumar ambos totales.

 

Por su parte, Alejo Miranda de Larra y Ángel Pelayo Gordillo son los senadores de PP y Vox que, respectivamente, interrogaron a Sánchez en el Senado.

 

Por último, no he realizado búsquedas de textos ocurrentes que circulan con profusión por Internet como “perro con gafas”, por ejemplo. Creo que quien saldrá ganando, como con lo de la “fruta”, será Pedro Sánchez.

 

Ya dispone de suficiente ventaja y no conviene que se lo crea.

 

Alberto Núñez Feijoo es quien ha fracasado. Quizás un ego tan potente como disfrazado sea lo que le impide evaluar a las personas de manera objetiva, tanto a las de su bando como a las del contrario, y por eso se equivoca.

 

Y como en política la voluntad de seguir es algo personal y crítico, los líderes que confían en las personas equivocadas, cosa que puede suceder hasta en las mejores familias, terminan fracasando si no se libran a tiempo de las que les salen “rana”. Y más si las pillan en lugares y momentos equivocados.

 

Ciertamente, se trata de una decisión muy difícil de adoptar cuando los vínculos se han ido tejiendo con inconfesables compartidos.

 

Domingo Sanz

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.120

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.