LA BRISA DE LA BAHÍA (252). Recuperar

El hecho de recuperar viejas historias que escribimos en su momento viene a significar, por un lado, lo que considerábamos en aquel instante como cierto e intocable, y, por otro, que redactábamos mejor de lo que pensábamos.

Desconocemos si decimos un disparate o, por el contrario, una obviedad. Da igual. Les aseguramos, inteligentes lectores, que lo hacemos desde la franqueza más absoluta y desde la sinceridad bien entendida. Significan ustedes, los anónimos lectores, toda una referencia imaginada y soñada que da valor a nuestras palabras, hilvanadas con más o menos ajustado acierto. Por eso seguimos aquí, en este rincón acogedor de Infonortedigital.com. Y fervientemente deseamos que la inspiración nos acompañe más tiempo. Más que nada para reiterarnos en nuestras ideas que no sabemos si son válidas o no, pero que a nosotros en particular nos sirven para seguir alentando la creatividad en este dulce y coqueto espacio. Y, además, el camino se agranda con más luz, aunque gris esté el día: solo es una pose. Dentro de él hay mucho color y cada matiz dulcifica la realidad para convertirla en palabra única.

De lo que se infiere que todo, o casi, depende del color con que se mire; sí, ya sabemos que no les decimos nada nuevo. Pero como uno es un pesado necesita escribir, y escuchar, lo obvio más veces de lo que uno quisiera. En cualquier caso, recuperar historias y acontecimientos que una vez significaron viene a ser algo así como alcanzar el séptimo cielo, que desconocemos lo que es. El valor de la expresión alcanza su máximo grado y eso para el que escribe es más que suficiente. No sabemos si este comentario llegará a buen puerto al tratar de otros que se configuraron en un tiempo distinto. El tiempo es una entelequia, una especie de suerte que va y viene para dejar los asuntos en su debido lugar.

Tiempo y espacio configuran no solo una manera de ser y estar, sino una mirada que creemos cómplice y seductora con la nueva visión, aunque se trate de recuperar antiguas narraciones que se mueven en nuestra imaginación.

¡¡La creatividad, inteligentes lectores, la creatividad!!

Juan FERRERA GIL