
Lomo Magullo es una localidad del municipio de Telde, en el este de la isla de Gran Canaria (Islas Canarias). Se encuentra a 5,5 kilómetros del casco municipal y su centro está a una altitud de 387 metros sobre el nivel del mar.
Se ubica entre el Lomo de La Campana y la Montaña de Las Palmas al norte, y el Lomo de La Palma y la Montaña de Los Barros al sur. Pueden encontrarse cultivos familiares de medianías destinados al consumo local en parcelas irregulares que ocupan las laderas y cauces de los barrancos. Es un lugar que presenta un gran interés de tipo geológico, conformado por el campo volcánico de Rosiana y Lomo Magullo, con diversos conos volcánicos, como el Volcán del Hoyo.
La Virgen de Las Nieves es la patrona de Lomo Magullo y ostenta el título de Celestial Alcaldesa Mayor y Perpetua de la Ciudad de Telde desde 1977. Desde 1915 se venera a esta advocación mariana en este pueblo teldense, gracias al misionero Antonio Collado Alonso (Padre Collado), que gracias a un dinero donado por una mujer, que hacía bordados para mandar a Cuba, compró la antigua imagen de la Virgen, hoy venerada en la antigua capilla. Más adelante, debido al crecimiento de la población, se tuvo que ampliar la iglesia y poco a poco ha seguido creciendo.
La traída del agua.
La carencia de agua era razón más que frecuente de todas las islas, que motivaban las distintas ceremonias y plegarias. En Gran Canaria cuando no llovía se iba en procesión a los almogarenes, que eran sus lugares sagrados. Allí derramaban, los aborígenes leche y manteca. De esta forma, levantando las manos al Cielo y gritando y cantando pedían la lluvia al Dios Supremo, Alcorac.
La tradición judeocristiana, arraigada en la isla, pondría a la Virgen de Las Nieves como patrona del barrio, siendo a la misma a la que se le piden las lluvias. El agua sustituye la leche y la manteca de los aborígenes. Los gritos estarán representado en la danza con la música o en la exclamación, por el agrado o desagrado, motivados por algún inesperado remojón. Se hará dentro del lugar sagrado, con respeto y veneración.
Se hizo así los tres primeros años para no dañar la limpieza. En los siguientes años se pasó a la Puerta de la Procesión, desde donde también se cantaba la Salve a la Virgen. A partir del año 1975, con el cambio de Régimen y la numerosa afluencia de gente, venida de otras localidades, se pasó a mojar/rociar, a puerta cerrada, las paredes exteriores del Templo.
El agua era traída por el mismo itinerario actual, y ha mejorado muchísimo en la calidad y buen gusto de los vasijos y ropas preparadas al efecto.
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