Puede ser tiempo de encuentro o tiempo de reencuentro, pero siempre es el sentimiento, puro y hermoso, el de volver a verse en La Rama de Agaete.

Antes de empezar, se vieron y se encontraron, Chachá y el Faneque, abrazándose con inmenso cariño, para después bailar los dos, sus propios papagüevos.

Fue un reencuentro entrañable el de Rita con el querido amigo de la infancia, Alberto, llegado desde Madrid después de muchos años sin vivir lo que es la fiesta del que también es su pueblo.

Y todo esto, antes de que la trasera de la iglesia de La Concepción se llenara de gente, esperando ese volador de las diez de la mañana.

Chano tiró el volador y al unísono La Guayedra tocó llenando el corazón que vió desde el recuerdo a Cacó, a Rosaura y Fifi, a Gloría y Miguelito, a Teté, a Monzón y a Angélica, a Anita y a Barroso, porque ellos en su ausencia física, están presentes cada cuatro de agosto, justo cuando comienza La Rama.

Y en el sitio de siempre estaba Pepe, este año emocionado porque por primera vez, compartía esta vivencia única, con su nieto Néstor. Y se emocionó el alma a darle la bienvenida a Luca en su primera Rama, junto a su hermano Bruno, y la prima Martina, haciendo tan felices a la familia.

Y desde la villa abajo se bailó hasta la villa arriba, y con la mirada se volvió a ver a la gente querida.

Se disfrutó en el reencuentro con Susana, Ana, Alfredo y Javier, por el que se espera todo el año.

Se abrazó a Maite y a María del Mar, con ese saludo que sale sincero y que está teñido por el verde de rama con el que se ha crecido y que significa tanto.

Y Totono le dio el relevo a la sobrina Adriana deseándolo buena suerte en ese tocar primero en La Rama. Y Adriana se subió la camiseta para enseñar la imagen de la querida Edita, a la que tanto se quiere volver a verla, para volver abrazarla, y darle las gracias por tanto.

La Rama hizo su recorrido por el pueblo y se fue para Las Nieves, con ese canto del la, la, la, que es tan querido en Agaete.

Y llegó el momento de las tertulias caseras, disfrutando la comida prepara con cariño, como cada año lo hacen Lary y Eusebio. Y en su casa se volvió a ver a los de siempre, con los que se disfruta el cuatro de agosto, y al que pone la guinda Juan Godoy, recordando el ayer familiar para que no se olvide.

Con la noche se volvió a la trasera de la iglesia, para volver a embelesarse con el volador y bailar la retreta.

Se bailó con el corazón pletórico y con la magua de que el día pasara tan rápido. Se bailó con el deseo, de que el año próximo, nos volveremos a ver en el día de La Rama.

01 Galería fotográfica de "La Rama" en este enlace (236)

(Lary Armas - María Josefa Monzón - Ayuntamiento de Agaete)

02 Galeria fotografica de "La Rama" en este enlace (453)

(Infonortedigital)