
Si hay una cosa en este mundo que me pone de muy mal humor son los nacionalismos y territorialismos radicales, más que nada porque creo que todos los lugares tienen un encanto y algo que los hace especiales.
Hoy quiero hablar de esos canarios que se creen descendientes del mismísimo Tenesor Semidán y se creen más canarios que nadie. Yo les llamo “los canaritos huga, huga” porque parece que aún habiten en la Cueva Pintada y entierren a sus muertos en La Guancha. A ver si evolucionamos un poquito como sociedad y dejamos atrás la mentalidad del taparrabos.
Una vez más, buceando por las redes sociales me he encontrado, en este caso, a dos especímenes de éstos.
En una publicación donde se hablaba del tiempo, del calor, y que el periodista decidió acabar con la pregunta “¿cómo está el tiempo en tu zona?” Una persona comentó, entre tantas que se quejaban de las altísimas temperaturas aquí y allá, que en Asturias estaban muy bien, que hacía sensación de calor y humedad, pero que tenían unos agradables veintipocos grados, nada que ver con el resto de España sumida en una ola de calor terrible.
Muy correcto y educado el mensaje, y entonces saltó el tataranieto cuarto de Guayarmina, comentando desde el yacimiento de Tufia donde coge la wifi de un túmulo de piedras, algo así como: “cállate, que te quejarás cuando en invierno no pare de llover, que Canarias es el paraíso y tenemos siempre el mejor clima del mundo” ¡¡Huga, huga!! Seguro que, si Fernando Guarnaterme levantara la cabeza, se volvía a morir ante este comentario. ¿Se atreven a llamar paraíso con el mejor clima del mundo a un lugar donde hay olas de calor y calima durante diez de los doce meses del año? ¡Dícelo a un asmático! O a personas con otras enfermedades que se agravan con esta historia de los microclimas, donde en un mismo día podemos vivir las cuatro estaciones de Vivaldi. Mi niño, que con esto del cambio climático ya no existe el mejor clima del mundo en ninguna parte. Relájate.
Vale sí, Canarias es un paraíso, pero seguro que Asturias también. Cada lugar tiene su encanto, cada comunidad autónoma tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. “Es que como lo nuestro…” Ufff, esa frase saca lo peor de mí. Lo nuestro está muy bien sí, pero seguro que si expandimos la vista y abrimos la mente conoceremos miles de lugares igual de hermosos. Aprender otras culturas y tradiciones no nos hace menospreciar la nuestra, todo lo contrario, la enriquece.
En otra red social, otro comentario: “…te lo digo yo que soy canario puro” Perdonen que me ría. Si analizamos nuestro ADN nos sorprenderemos en ver que ninguno de nosotros es canario puro, eso no existe.
Nuestras islas fueron conquistadas y colonizadas por los castellanos, además de ser punto de paso hacía otros continentes lo que produjo muchísimo mestizaje. Estoy segura que si lo comprobamos por nuestras venas corre más sangre castellana, portuguesa, americana, que guanche. Tristemente es así. Los canarios puros son como el mejor clima del mundo, un mito.
Me gustaría que este artículo nos hiciera reflexionar, sobre lo que somos, quienes somos y lo que tenemos en nuestro entorno, más allá del muro (invisible) que nos separa del resto del mundo.
Que lo nuestro sí es muy bonito de por sí, pero sin necesidad de forzarlo para parecer más canarios que el gofio.
Zeneida Miranda Suárez































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