Fachadas iluminadas. Juan FERRERA GIL
Cuando las fachadas quedan iluminadas parecen nuevas y distintas. Otras. Como si volvieran a vivir nuevas vidas.
La puerta del balcón entornada parece hablar de sensaciones, emociones y palabras interiores, a pesar de su aparente soledad. Palabras que sirven para situar la nueva disposición: la continuidad de una existencia que parece no tener fin. Siempre las luces traen renovadas inspiraciones de vidas vividas o imaginadas. Es lo que tiene la luz, aunque sea artificial, en la negra noche.
Por eso vuelve a señalar la iluminación recurrente que la existencia continúa su paseo en viaje imparable e incansable. Como debe ser. Como siempre ha sido.
Juan FERRERA GIL































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