
Siempreviva se despertó alarmada. Sus raíces, cada vez más flojillas, aquella mañana casi no podían ni aferrarse a la tierra. ¿Sería por los tremendos bombazos que sufría Amagro y hacían estremecer toda la Montaña? ¿Le estaría ocurriendo lo mismo que a sus hermanas? Recuerda perfectamente que empezaron quejándose de esos mismos síntomas y poco después, se las veía mustias que daba pena, hasta que terminaron por fallecer sin saberse la causa. Tenía que actuar;contaría a todas las especies de flora que convivían en aquel paraje sus sospechas. Seguro que juntas encontrarían una solución.
Aquella tarde, apenas el sol puesto y todavía con la polvajera de las explosiones sin asentarse, a través del mata a mata con que transmitían sus señales, comunicó a sus hermanas siemprevivas y a sus vecinas: las colderrisco, las armindae, las salvias blancas, las magarzas y hasta a las tabaibas dulces que las protegen, lo que le estaba ocurriendo. Cuál no sería su sorpresa, cuando muchas de ellas se quejaron de la misma flojera en las raíces. Incluso, a algunas ya les costaba sostener lasramas y hasta estaban perdiendo hojas de forma alarmante. ¡Esto no puede seguir así!, exclamó Siempreviva, ¿y no se han dado cuenta de que todas las que han muerto, estaban muy próximas a donde están esos monstruos que arrancan la piedra de nuestra montaña? ¡Claro, es verdad, por eso yo estoy tan mal, si cada vez los tengo más cerca! Contestó Armindae. Pidamos ayuda a las harimaguadas. Sé que no se las puede convocar por tonterías, pero esto es muy serio. Por supuesto, nos estamos jugando la pervivencia de todas las especies de flora. ¡Y dicen que Amagro es un Monumento Natural protegido! Además, demos aviso también a los animales, ha llegado a mis órganos sensitivos que los lagartos están desapareciendo. Vale, vale, no hablen todas a la vez, dijo Siempreviva poniendo orden. Mañana al amanecer, la flora y fauna de Amagro transmitirá al unísono una llamada de socorro a las guardianas de la Montaña.
Parece que Magec era consciente de la importancia de aquel día y despuntó radiante. Sus rayos se unieron a la energía colectiva que desprendieron plantas y animales para convocar a las harimaguadas. ¿Cómo podían ellas desoír la llamada de su dios? Algo grave está ocurriendo en nuestra Montaña Sagrada, hermanas, en cuanto Magec se ha unido a todos sus habitantes para reclamarnos. No los hagamos esperar.
Envueltas en preciosos tamarcos pintados se hicieron presentes ante los esperanzados seres vivos que las convocaban. Sin tiempo que perder, Siempreviva, que había sido nombrada portavoz, les explicó a las maguadas la desgracia que sufría Amagro desde hacía más de 20 años; Todos ellos en constante peligro de desaparición, ¡algunos incluso de extinción total! ¿Y todo para qué? Para seguir llenando la isla de hormigón con los áridos que extraen de nuestro suelo y unos pocos, deesos que llaman empresarios, haciéndose muy ricos a costa de la degradación del lugar en el que habitamos por siglos. Esto nos causará la muerte. Las invocamos a ustedes, como mujeres cercanas a Magec, para que intercedan ante él por esta Montaña donde le fueron ofrecidos tantos sacrificios.
Las harimaguadas no desoyeron el llamado, iluminadas por Magec fueron tocando el corazón de algunos y algunas galdenses para que contaran a la vecindad del municipio lo que estaba ocurriendo, para que se opusieran con todas sus fuerzas a que se siguiera destrozando impunemente el Monumento Natural, para que salvaran Amagro. Quienes recibieron el encargo están cumpliendo.
Se llaman ALTAHAY.
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