
En 1543, Nicolás Copérnico publicó un estudio en el que se recogía por primera vez la teoría de que los planetas giran alrededor del sol. Posteriormente, otros científicos como Galileo Galilei respaldaron esta idea con estudios más empíricos.
Se estarán preguntando, ¿a qué viene la clase de Historia? Pues es una forma de empezar y centralizar el tema principal de este artículo: la Tierra gira alrededor del sol. ¿Acaso pretendo hablar de astrología? No, tampoco, voy a hablar de egoísmo. Sí, sí, como lo leen, el ego superlativo de los seres humanos que nos hace creer el centro del mismísimo universo. ¡Sorpresa! No eres el centro del universo, ni del tuyo, ni del de nadie.
Corría el año 2020 cuando un virus mortal azotó el planeta, nos encerraron en casa, nos cubrieron la boca con mascarillas… ¿les suena familiar? El virus que nos iba a unir, que nos haría mejores personas, más empáticas, más solidarias. Siempre me tomé muy enserio el covid, cumplí a rajatabla todas las indicaciones y restricciones tanto así, que jamás lo he tenido, pero, ahora, cinco años después, me río de algo: de toda esa buena voluntad que se evaporó como la pólvora en cuanto nos abrieron las puertas de casa.
Actualmente, en 2025, no somos más empáticos, ni más generosos, somos más egoístas y egocéntricos y ególatras y todos los adjetivos que se les ocurran que empiecen por ego.
Hace unos meses ya escribí un artículo sobre el egocentrismo disfrazado de amor propio. Y aunque no quiero repetirme, lo reitero. Que una persona sea capaz de anteponerse a los demás, de cuidarse, quererse y mimarse está muy bien, pero sin olvidar que no estamos solos en el mundo y que cuando el discurso siempre empieza por “yo” ya no estamos hablando de amor propio, estamos hablando de que contradices a Copérnico y crees que el mundo gira entorno a ti. Y no, no es así.
Para todos los que consumimos y usamos a diario las redes sociales, éstas se han convertido en la mejor arma para disparar veneno y paliar así el rencor y las frustraciones propias bajo el lema: “es que te expones”. Egoísmo de nuevo, que una persona exponga su vida en una red social no te da derecho a pisotearla e insultarla solo porque no hace las cosas como tú las harías. ¿Acaso tú sientas cátedra de la vida? ¿Lo sabes todo? No, solo estás siendo egoísta.
Me entristece ver como ya no somos capaces de alegrarnos o enternecernos con algo bueno o bonito que suceda a otras personas sin poner por delante el “es que yo…” Vi un video en Tik Tok donde un joven, subía a recoger su orla el día de su graduación con su hija en brazos, una bebé que tendría poco más de un año. Un gesto que, entiendo, venía a ser un ejemplo de que, a pesar de haber sido padre joven, acabó sus estudios. Puede que su motivación para hacerlo fuera precisamente darle una buena vida a su pequeña hija. Puede que la mamá desapareciera o falleciera y él solo sacara la niña adelante al mismo tiempo que acababa una carrera. No sé, se me ocurren miles de escenarios posibles, sin embargo, los comentarios estaban llenos de odio: “no romantices el ser padre tan joven”; “que falta de respeto por sus compañeros” (compañeros los cuales, aclaro, se veían en el vídeo aplaudiendo y vitoreando a padre e hija) y el que más me tocó la moral, el ejemplo de todo lo que quiero exponer con estas letras: “YO acabé mi carrera con un padre enfermo y una abuela con demencia y no los subí a recoger el título” Pues chico, haberlo hecho. Tan fácil como eso. ¿Por qué intentar deslucir el mérito y la felicidad de otra persona poniéndote como ejemplo? ¿Ejemplo de qué?
¿En qué momento pasamos de compartir nuestras alegrías con amigos y familiares a callar las buenas noticias hasta que se hacen tangibles para evitar que se gafen por los malos pensamientos y el egoísmo de otros? ¿En qué momento dejamos de sentir alegría por los logros de nuestros seres queridos, o de cualquier ser humano y pasamos a pensar: “yo no haría esto así” “yo no lo diría tan pronto” “yo también tengo cosas buenas y no lo voy pregonando” Yo, yo, yo, ¿yo y siempre yo? Pues no, ya lo dijo Copérnico: “la Tierra gira alrededor del sol, no de ti”
Y así mil y un ejemplo en todas partes. Pecamos de creernos el centro y de creer que somos los mejores en todo. “Maestro liendre que de todo sabe, pero de nada entiende”.
Zeneida Miranda Suárez





























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.216