Alegría, emoción y nostalgia en La Rama de El Valle de Agaete (fotos y vídeo)

Alegría desbordada en casa de los Sosa Álamo, con Pancho, el magnífico pregonero de este año y su hermana Toñi, recibiendo a familias y amigos

Redacción Domingo, 29 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:

Bailó El Valle de Agaete este sábado, su rama en honor al patrón san Pedro Apostol, y se bailó con alegría, emoción y nostalgia.

 

Emoción la de Antoñito que a media mañana, custudiando al santo, esperaba también por sus hijos Yaiza, Dácil, Juan Manuel y Andrea, y sus nietas, para cumplir ccon la tradición, un año más todos juntos.

 

Emoción la de Constanza, que tenía muy claro que su rama tenía que estar muy cerca de san Pedro, porque le pidió algo muy grande y confía en que la promesa se cumpla.

 

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Y mientras en la plaza, junto a la ermita se vivía la devoción al patrón, las calles se llenaban de romeros como Encarna, que llegó destrozadita, ya que aunque la noche en el pinar fue plácida, el calor los reventó en el regreso al Valle.

 

Se sintió la alegría del baile de Eriste que estrena su jubilación después de años dedicado a la docencia, y pura alegría la de Mari Luz, celebrando unos estupendos noventa años este 28 de junio.

 

Alegría desbordada en casa de los Sosa Álamo, con Pancho, el magnífico pregonero de este año y su hermana Toñi, recibiendo a familias y amigos. Y sin esperarlo, Pancho cogió los platillos y armó una grande, recordando canciones de rama que animaron a que Anate, Loly y Alvaro, bailaran en la acogedora casa.

 

 

Derrotado estaba Carlos que junto al inseparable compañero Suso, cumplió un año más con la amorosa tarea de preparar ese caldo que sabe a gloria bendita con el que se recibe a los romeros.

 

Y estuvo presente la nostalgia en el recuerdo de los que ya no están, y que se pudo apreciar en las camisetas que vestían la familia de Teresa, con su imagen imperecedera en el día de rama, que ella sentía y transmitía de una forma única y auténtica.

 

 

Y nostalgia de no poder compartir la caña fresquita en la esquina del bochinche de la plaza con Angelito, pero queda su recuerdo y las vivencias compartidas durante tantos años.

 

Al ritmo de las bandas de Agaete, Guayedra y Clandestina, se bailó hasta la media tarde, alzando las ramas verdes al cielo, y expandiendo la alegría, la emoción y la nostalgia por El Valle de Agaete.

 

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(Infonortedigital)

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