Medio Ambiente

Última imagen de un drago muerto

"...la ya imponente presencia del drago que vigilaba la puerta, te llenaban de quietud en medio de esta conjunción de naturaleza, arte e historia..."

Atis Amagro 1 Jueves, 26 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:

 

Algunos de los que gustamos de pasear los caminos de la Vega, muchas veces, al pasar por la conjunción de los barrancos del Farragú y Anzo, entrábamos hasta la ermita de San Marcos (siglo XVII).

 

La simplicidad de sus formas entre las fincas de plataneras y la vegetación natural de tabaibas, cornicales, espinos, inciensos, veroles…, la palmera y los dos pequeños dragos que crecían a su sombra, y, sobre todo, la ya imponente presencia del drago que vigilaba la puerta, te llenaban de quietud en medio de esta conjunción de naturaleza, arte e historia, comúnmente aderezada con el canto limpio de un capirote que vigilaba su nido.

 

 

Esta magia impagable está definitivamente, irreparablemente, desbaratada, lo que nos hace reflexionar sobre lo mucho que cuesta a la naturaleza, y al hombre, levantar sus obras maestras, o vitales, y lo rápido, y fácil, que es para algunos destruirlas.

 

            Un manotazo duro, un golpe helado,

            un hachazo invisible y homicida,

            un empujón brutal te ha derribado.

                                   

                                 Miguel Hernández

 

Galería fotográfica del arboricidio en este enlace

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